Los resultados de las elecciones del 23 de febrero se cristalizan estos días en los actos de posesión de los nuevos funcionarios provinciales y municipales o, en algunos casos, en el inicio de los períodos para los flamantes mandatarios.
La lectura política de las elecciones, más allá del intento de maquillar como victoria ciertas derrotas puntuales y la ruptura del proyecto hegemónico, ya sobra a esta hora.
La presencia todavía fuerte de Alianza Pais, pese a los catastróficos errores en la conducción de la campaña nacional, la irrupción de voces distintas como las de Avanza y SUMA, la siempre importante presencia de Pachakutik y el Partido Social Cristiano, en sus particulares territorios de influencia, y algunas victorias puntuales de Creo, tras una interesante aunque insuficiente elección presidencial de 2013, quedan para el análisis y el registro.
Ahora el reto para las nuevas administraciones seccionales es la idea de cumplir el mandato de las urnas, trabajar, exigir flujo de dinero y procurar eficiencia y honradez en el manejo de los recursos económicos.
Hay alcaldes de AP y muchos otros de una distancia crítica con el Régimen, de oposición, de derecha, centro o izquierda y el manejo de la relación con el Gobierno será crucial.
Una coordinación digna, sin entreguismo ni guerra abierta, se impone. En las dos ciudades más grandes del país los discursos de sus cabezas políticas deben tomarse en cuenta.
Mauricio Rodas, alcalde de Quito, es una voz fresca que llegó al Cabildo con propuestas que deberá cumplir en materia de impuestos y multas.
Pero más allá, en las líneas esenciales de su discurso, la reivindicación al origen histórico y la valoración del Patrimonio Arquitectónico de Quito se deben expresar, ha dicho, en la diversidad y apertura cultural y en el mestizaje.
La voz de la libertad siempre fue huella de este pueblo y su palabra por la libertad de expresión, la valoración del reconocimiento de Primicias de la Cultura de Quito, el primer periódico, y la puerta abierta a la voz de la ciudadanía, en contraste con los discursos verticales del poder, conllevan un mensaje frontal.
Rodas con firmeza promete respetar las competencias autónomas del Distrito Metropolitano de Quito que consagra la Constitución ante los embates de posibles reformas pretendidas. Una apertura a la unidad frente a alguna posibilidad de bloqueo a su tarea es una buena señal para el oficialismo que tiene varias curules.
El discurso de Jaime Nebot reivindicó un modelo que, dijo, ha sido puesto a prueba y ratificado por el voto popular en seis ocasiones. Prometió luchar por su permanencia sin propuestas que lleven al pasado.
El Alcalde de Guayaquil también fue rotundo al hablar de las propiedades autonómicas del Cabildo porteño y rechazó un eventual control central de tareas o recursos.
Del discurso de Nebot llamó la atención la mención que se sale del ámbito municipal para defender la dolarización. ¿A qué se refiere?, se lo preguntaremos…