La mudanza del clima de la Tierra y sus efectos negativos constituyen una preocupación común de la humanidad. Por eso, en términos generales, diríamos que los afanes de la comunidad internacional se orientan, desde hace varias décadas, al establecimiento de un orden ecológicamente racional del medio ambiente, ante las crecientes e inquietantes manifestaciones de deterioro ambiental que amenazan a nuestro planeta.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Humano, celebrada en Estocolmo en 1972, representa el primer esfuerzo de dimensión universal sobre el asunto. La Declaración de Estocolmo sobre Medio Ambiente consignó los principios esenciales y abrió un diálogo entre las potencias industriales y los países en vías de desarrollo, que demandan su cooperación para cumplir sus obligaciones; se la considera como el primer instrumento multilateral que puso el tema en perspectiva global y sentó las bases para el desarrollo del derecho internacional en esta materia. Diez años después, la Asamblea General de la ONU aprobó la Carta Mundial de la Naturaleza, que enriquece el texto de la citada Declaración.
Para reforzar las tendencias internacionales sobre la materia, se realizó en Río de Janeiro, en junio de 1992, la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo, también denominada Cumbre de la Tierra, en la cual se adoptaron varios acuerdos importantes, entre ellos la Convención sobre Cambio Climático, que contiene una serie de principios, compromisos y acciones encaminadas a evitar que las actividades humanas incrementen las “emisiones de gases de efecto invernadero”, producidas sobre todo en los países industrializados, y que provocarían un calentamiento adicional de la superficie y de la atmósfera de la Tierra, en perjuicio de los ecosistemas naturales y de la humanidad.
En el marco de dicha Convención se convocó la Conferencia de las Partes, que se realizará en París entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre próximos. Conviene precisar que la Conferencia de las Partes es el órgano supremo del sistema previsto en la Convención, de cuya implementación se ocupa como una de sus prioridades relevantes; se reúne periódicamente para adoptar decisiones encaminadas a impulsar los objetivos conducentes a luchar contra el cambio climático. La más reciente reunión de esta índole tuvo lugar en Varsovia (Polonia), en el 2013.
La Conferencia de París ha estado precedida por negociaciones previas, desarrolladas en Bonn (Alemania) en octubre, para precisar la agenda. Según Naciones Unidas, los esfuerzos globales de la comunidad internacional en materia de clima han sido hasta ahora insuficientes. Se espera lograr acuerdos centrados básicamente en el compromiso de reducir la emisión de gases de efecto invernadero y cumplir las obligaciones de financiación. Tienen la palabra los países industrializados, que son los mayores responsables de la contaminación ambiental. El acuerdo de París entrará en vigor en 2020.