Latinoamérica ha vivido una década de bonanza gracias a los altos precios de las materias primas, los intereses bajos y la gran inversión extranjera que superó los 170 000 millones de dólares. Algunos países han aprovechado esta oportunidad de crecimiento y otros la han desperdiciado.
Los analistas internacionales dividen América Latina en dos grupos de países: los del pacífico como Chile, Perú, Colombia y México que han puesto las bases para un crecimiento estable y los del atlántico como Venezuela Brasil y Argentina, que no están en buenas condiciones para afrontar el cambio de vientos que está ocurriendo en la región.
Los países del pacífico han crecido con el motor de la inversión extranjera captada con políticas claras, acuerdos comerciales, apertura a los mercados y tipos de cambio flexibles. Los países del atlántico desconfiados de la globalización delegaron al Estado un rol decisivo en la economía.
El caso ecuatoriano es anómalo, ha crecido, como los del pacífico, gracias a los precios del petróleo, pero no recibe inversión extranjera como los del atlántico. Está en el pacífico pero sus políticas se parecen a los del atlántico. Alberto Ardura del Deutsche Bank sostiene que Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina van a contravía. Son los países que han desperdiciado las oportunidades que ha tenido la región en la década y están menos preparados para lo que se viene.
Lo que se pronostica para el futuro es menor demanda de materias primas por parte de China, Normalización monetaria de Estados Unidos, clima global menos amigable para la región. Los capitales pueden empezar a desconfiar de la región y buscar nuevos países emergentes como Nigeria, Indonesia, Turquía. La nueva situación ha obligado a los países de América Latina a devaluar las monedas para mantener la competitividad de sus exportaciones. Han devaluado la moneda Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela. Ecuador no tiene este mecanismo de defensa y tiene que buscar otras medidas.
Algunos gobiernos latinoamericanos creyeron haber descubierto un nuevo modelo económico y un esquema político inédito. Hugo Chávez que gobernó siempre en la abundancia petrolera, realizó grandes inversiones en el modelo político-económico llamado socialismo del siglo XXI, adoptado por los países de la Alba. La década de bonanza fue la que permitió la ola de gobiernos dadivosos con formidables resultados electorales.
Bolivia, Nicaragua, Venezuela, Argentina, Ecuador, acumularon victorias en las urnas y altos índices de popularidad, lo que llevó a muchos a creer que el sistema político y económico podía durar indefinidamente. El modelo agoniza en Venezuela y Argentina. En Nicaragua, Bolivia y Ecuador es donde se decidirá si el modelo puede sobrevivir al cambio de vientos o si los gobiernos se ven obligados a cambiar de modelo para sobrevivir.