La península de Corea parece un apéndice desplazado del continente asiático, que avanza algunos centenares de kilómetros entre las aguas del Mar de China. No es propiamente cálida, pero hoy por hoy ostenta un muy discutible privilegio. En efecto resulta el paraje donde existe el mayor peligro de que los conflictos internacionales, acaben convirtiéndose en un pavoroso y ardiente holocausto nuclear.
Luego de la breve ‘luna de miel’ que uniera a la poderosa Unión Soviética y los Estados Unidos con sus aliados occidentales, para el objetivo de vencer a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, en la península se localizó ya un conflicto bélico, desde mediados del siglo XX y esa refriega formalmente no concluye, pese al tiempo transcurrido desde entonces.
La lucha registró múltiples alternativas, causó miles de muertos y de prisioneros, así como ingentes daños materiales, por lo que se tuvieron conversaciones encaminadas al propósito de que cesara la lucha.
Finalmente en junio del 53, se logró un Armisticio, es decir una precaria suspensión de las hostilidades militares… y hasta ahora esa es la situación en medio de la que se ha vivido.
Por supuesto que para ese momento se habían formado dos países con acusadas y opuestas características llevadas hasta el extremo. Así, la línea imaginaria de separación, consistente en la mención del célebre ‘paralelo 38’, permitía distinguir en los territorios que iban hacia el sur, una organización perfectamente capitalista, que no ha cesado de ir avanzando, mientras que los territorios localizados a partir del mismo paralelo y dirigidos hacia el norte, vieron nacer una estructura férreamente comunista, de la índole de la cual actualmente quedan muy pocos ejemplos en todo el mundo.
Es por eso innecesario decir que no hay lo que suele llamarse un Estado de Derecho, sino que el Partido ordena y decide los cambios de dignatarios, tal como el que ocurrió hace pocos meses cuando a la muerte del líder histórico, se mandó que le reemplazara su hijo, quien ahora ejerce el mando con plenitud de poderes, y también con las mismas obsesiones hacia sus enemigos, o sea Corea Meridional, los Estados Unidos y todo el sistema que podría llamarse occidental, no obstante todas las diferencias que dentro de él pueden apreciarse.
Pero lo que convierte a la situación en singular, deriva que Corea del Norte, pese a grandes carencias en otros aspectos, ha seguido innovando y ensayando sus armas y se ha transformado en una potencia bélica. Se cree que dispone de las letales armas nucleares y que posiblemente también, cuenta con armas químicas y biológicas, todo lo cual hace que el peligro se multiplique por el planeta y vuelve urgente realizar todos los esfuerzos imaginables para conseguir la paz y la seguridad, en este atormentado mundo dentro del que nos ha tocado vivir.