El Gobierno ha decidido acelerar los tiempos y forzar la votación de la Ley de Educación Superior. Las implicaciones del Proyecto de la Senplades son muy graves y atañen a todos los ciudadanos. Las generaciones estudiantiles actuales y futuras se encuentran seriamente comprometidas con esta Ley y es indispensable tomar conciencia del problema. Examinemos algunos aspectos del Proyecto.
Lo Bueno.- La amenaza mortal que el proyecto representa para las universidades les obligó a unirse por primera vez en la historia y dejar diferencias menores que separaban a las públicas de las particulares, a las serranas de las costeñas, a los estudiantes de las autoridades, entre otras. Adicionalmente, las universidades se han visto obligadas a mirarse a sí mismas y desarrollar un proceso de autocrítica que, sin duda, será beneficioso para el mejoramiento de la calidad educativa y el avance del país.
Lo Malo.- El proyecto de la Senplades entrega a los gobiernos de turno el control férreo y total del sistema universitario a través de la conformación de los nuevos Conesup y Conea y la creación inconstitucional de la poderosa Secretaría, dependiente del Presidente de la República, que ejercerá “la Rectoría” de las políticas públicas en materia de Educación Superior. Por si fuera poco, los programas y carreras deberán someterse al Plan Nacional de Desarrollo, es decir, a las coordenadas político-ideológicas que concibe cada Gobierno para establecer su acción. Con la “refundación” de la República cada 4 años, los programas y carreras deberán alterar su alcance y contenido para adaptarse al Plan de Desarrollo de cada Administración. Bajo esta concepción y mecánica, la esencia y misión de la Universidad quedarán anuladas.
Uno de los aspectos más graves de esta ley es la liquidación sutil y casi imperceptible de las universidades particulares a través del cogobierno, la imposición de cargas y controles financieros descabellados, y la restricción a su libertad de crear programas y carreras. Ninguna organización social o grupo estaría dispuesto a destinar bienes y esfuerzos en la creación y desarrollo de una universidad particular con semejantes parámetros. De manera sibilina y poco directa, la Asamblea Nacional busca suprimir la universidad particular a través de mecanismos que la tornan inviable.
Lo Feo.- A pesar de la “moratoria” declarada por el Régimen para la aprobación de nuevas universidades, el Proyecto crea, ilegalmente, 6 universidades públicas para satisfacer los deseos de varios asambleístas que pretenden pasar a la “Historia” en sus provincias. Al final, más universidades públicas con menos recursos para atender una población estudiantil creciente con menos universidades particulares; el peor de los mundos para instituciones públicas y particulares. Auténtica obra de genios.