Hay algunas evidencias que muestran avances prometedores en el camino a la sustentabilidad, a los que llamo brotes verdes.
Los compromisos de los países frente al cambio climático se han ido confirmando por sus instancias políticas internas, con pocas excepciones como Estados Unidos, pero sin influir en revertir el proceso iniciado en París en Diciembre de 2015.
Poco a poco aparecen medidas que desincentivan las emisiones de carbono y otros gases que provocan el efecto invernadero, al tiempo que se están estableciendo incentivos a las empresas para el uso de energías renovables no convencionales.
La economía circular y sus beneficios en las organizaciones industriales y retailers está teniendo buena recepción. El concepto de reducir- reusar- reciclar -revalorar, está siendo adoptado como fuente no sólo de mitigar impactos ambientales, sino como una nueva estrategia de mejorar costos o ampliar fuentes de materias primas desperdiciadas.
Las matrices energéticas están privilegiando el crecimiento de fuentes renovables en niveles históricos. Al tiempo, la energía solar y eólica están en ritmo acelerado de reducción de costos, y la demanda por biocombustibles, carros eléctricos e híbridos crece en mayor nivel que el promedio de la industria.
La deforestación está siendo controlada de mejor manera, aprovechando tecnologías satelitales de detección temprana y acciones de mitigación multi-sectoriales oportunas. Mientras que los bosques plantados mejoran sus estándares genéticos y de diseño para mejorar productividad y sus impactos sociales y ambientales. La producción de alimentos orgánicos está tomando un impulso importante por los nuevos paradigmas de comer más sano y mejor de las nuevas generaciones. Los adultos de tercera edad está siendo reconocido como una oportunidad de iniciativas de inclusión con crecientes nuevos servicios.
Si bien los índices de pobreza han aumentado un poco en Latinoamérica por las importantes recesiones en Brasil, Argentina y Venezuela en los últimos años, la clase media se mantiene robusta en el mundo emergente por los países asiáticos.
Es importante reconocer la creciente preocupación por mejorar la calidad del crecimiento, con mayor inclusión social y menor impacto ambiental. Es plausible la actitud de sectores empresariales en algunos países, como Chile, motivados por la recuperación de confianza y ajustarse a las nuevas expectativas sociales y económicas.
Hay avances hacia la sostenibilidad, aunque con amenazas serias como la salida de EE.UU. del acuerdo sobre cambio climático de París. A propósito de esto, el flamante presidente de Francia lanzó una provocación al pedir unir fuerzas para “Hacer del planeta grandioso otra vez”. No solo un país.