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La atención de la opinión pública está en el tema de la corrupción. Con la apertura y acceso parcial que acaba de hacer la Procuraduría de Brasil al proceso que se entabló en contra altos funcionarios de la constructora Odebrecht, la Fiscalía del Ecuador, después de 10 años de sospechoso silencio, comienza a actuar.
La Fiscal General subrogante, Thania Moreno, realizó en días pasados 12 allanamientos y 4 detenciones. A más de haber sido encausados varios empresarios, ha llamado mucho la atención la denuncia que ha hecho Thania Moreno en contra del Contralor, Carlos Pólit, y el tío del vicepresidente Jorge Glas.
Todas estas acciones están relacionadas con el mega-escándalo de corrupción de Odebrecht. En diciembre el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, reveló que desde el 2007 al 2016 la firma brasilera habría pagado en Ecuador cerca de USD 33,5 millones en sobornos a funcionarios públicos.
De igual modo, la Asamblea ha iniciado un juicio político contra el contralor, Carlos Pólit. Prácticamente la mayoría de Alianza País asegura los votos para empezar el juicio.
Al mismo tiempo, el flamante presidente de la República, Lenín Moreno, no se ha quedado atrás. Ha advertido a sus ministros y más cercanos colaboradores de que sean escrupulosos en el manejo de los fondos públicos y, por otro lado, ha creado un “Frente de Transparencia y Lucha contra la Corrupción”. Una de las funciones que tendrá esta instancia mixta, conformada por representantes de la sociedad civil y del gobierno, es de prevenir, apoyar y dar seguimiento a las instancias de control en la lucha contra la corrupción.
Sin embargo, surgen varias dudas e interrogantes: ¿la tarea de fiscalización inicia y termina con el Contralor Pólit y con estas personas que han sido encausadas en días pasados? ¿Hasta qué punto hay un verdadero interés de Alianza País de izar ahora la bandera de la lucha contra la corrupción? Si durante 10 años la Asamblea Nacional jamás fiscalizó, ¿qué debe hacernos pensar de que hoy piensan diferente? ¿En realidad se viene una “cirugía mayor”, tal y como anunció semanas atrás el presidente Lenín Moreno? Si es así, ¿por qué todo se queda en el tío del vicepresidente Glas? ¿Y los demás qué?
Si el nuevo Fiscal General del Estado, Carlos Baca Mancheno, no ha perdido tiempo en hacer su trabajo y si el presidente Moreno ha hablado de avanzar hacia una “cirugía mayor”, esperemos que esto no sea solo una estratagema política para dar una imagen (hasta cierto punto artificial y ajena a Alianza País) de que la lucha contra la corrupción es una preocupación fundamental y de que no solo con el caso de Odebrecht se llegue hasta las últimas consecuencias sino incluso en muchos otros casos que han sido tapados por la anterior administración. Si así llueve, entonces mejor que no escampe.