El Che brasileño

Carlos Henrique Gouveia de Melo tal vez no significa nada, ni en Brasil, ni en América Latina.

Era el nombre inventado que un dirigente político-estudiantil adquirió durante su exilio y formación como guerrillero en Cuba, lo cual le permitió regresar a su país para combatir a la dictadura militar (1964 y 1985).

En Cuba le hicieron una cirugía plástica en el rostro y con esa fisonomía y su nueva identidad se casó. Su esposa ignoraba que se había casado con uno de los dirigentes estudiantiles más combativos de la época, que estuvo preso y que su liberación junto a otros 15 compañeros fue lograda tras el secuestro de un diplomático.Nacido en 1946 en Passa Quatro, estado de Minas Gerais, el nombre verdadero de este dirigente, que en su juventud admiraba y en cierta forma se comparaba con el Che Guevara, es José Dirceu de Oliveira e Silva, abogado de profesión, fundador junto a Lula da Silva del Partido de los Trabajadores (PT). El expoderoso ministro de la Casa Civil (algo así como nuestra Secretaría Nacional de la Administración Púbica) contaba con las mayores opciones para suceder a Lula en el poder. El problema es que su desgracia vino temprano; durante la primera Presidencia de Lula él fue el principal articulador del escándalo conocido como ‘mensalão’. La semana pasada lo condenaron a 23 años de cárcel.

Estudiante universitario en los años sesenta, militaba en el Partido Comunista Brasileiro, que históricamente siempre se alineó con los postulados de Stalin. Durante la resistencia a la dictadura, cuando estudiaba en la Pontificia Universidad Católica, lo encarcelaron por primera vez. Posteriormente, en 1969, un comando del Movimiento Revolucionario 8 de Octubre secuestró al embajador estadounidense Charles Elbrick; Dirceu estaba entre los 15 presos políticos que fueron liberados a cambio de respetar la vida del diplomático. Fueron deportados a México, pero Dirceu pidió su traslado a Cuba.

En ese país se entrenó militarmente antes de su regreso a Paraná, donde comenzó nuevamente su lucha contra la dictadura de João Figueiredo, quien luego decretaría una Ley de Amnistía. Dejó su clandestinidad en Paraná y se fue a São Paulo, donde conoció a Lula (fueron presentados por el autor de ‘Bautismo de sangre’, Frei Betto). Así comenzó la lucha inseparable de estos dos personajes que, en 1980, fundaron el PT. Ironías de la vida, Dirceu, como diputado federal en 1992, fue uno de los principales investigadores del ‘impeachment’ que derivó en la renuncia del ex presidente Fernando Collor de Melo.

El ‘mensalão’, un esquema de propinas a diputados de otros partidos para asegurar votaciones en el Congreso, fue solo el comienzo de la desgracia. Dirceu, ahora con 70 años, prácticamente fue condenado a cadena perpetua por el delito de lavado de dinero y de corrupción.