Barbaridades

Un diplomático extranjero ha comentado, según conocemos gracias a Wikileaks, que el presidente Correa dice “barbaridades”. No nos causa ninguna sorpresa que piensen así en el exterior pues los ecuatorianos estamos acostumbrados a oírlas, y esa es una de las causas más notorias de la disminución de nuevas inversiones en el país.

Hasta hace unos meses albergábamos la esperanza de que el Primer Mandatario aprendiera a controlar sus expresiones para evitar un mayor deterioro a su imagen y el daño que eso causa a la economía, al fin y al cabo, él representa a todos los ecuatorianos. Últimamente pensamos que esto es imposible. Nuevos exabruptos hacen ver que no habrá ninguna evolución positiva en la actitud presidencial, ni siquiera el bochornoso 30-S sirvió para que Rafael Correa reflexione, madure, hable y actué en función de la verdad y el beneficio nacional.

Parecía que el Presidente estaba tomando en serio la grave crisis delincuencial, aumentada por equivocadas decisiones constitucionales y administrativas del Gobierno de la revolución ciudadana, cuando hemos visto reflotar el infantil “gadejo” con que a ratos actúa. Sin ningún estudio que lo estime adecuado, ha ordenado el traslado de la PJ de Guayaquil a una zona residencial de Samborondón; y mientras propone un referéndum para realizar cambios que mejoren la seguridad, habla de incluir algo inconexo y banal como es la prohibición de corridas de toros. Sin duda no está pensando en cómo mejorar la seguridad ciudadana, sino cómo molestar a los habitantes de un sector y a los aficionados al espectáculo taurino. Si le afecta la muerte violenta de animales, ¿por qué no propone también la prohibición de peleas de gallos?, pero en otro momento y contexto.

El fin de semana anterior, el Gobierno tuvo un arranque fascistoide, con la absurda y falseada excusa de un atraso en el pago de un alquiler, el Gobierno incautó las computadoras de la revista Vanguardia, un medio serio e independiente de comunicación que investiga realidades del país y desafueros gubernamentales. Este nuevo ataque que hace el Gobierno contra la libertad de prensa y opinión, afecta más aún la imagen nacional y la posibilidad de inversiones que generen empleo, tan necesario para el bienestar de los ecuatorianos.

Yo tenía listo un artículo más ligero para estas fechas, algo que iba más con el espíritu navideño, pero ante estas nuevas barbaridades he creído necesario protestar por la falta de seriedad del Gobierno en temas tan graves como la seguridad ciudadana y contra este burdo ataque contra la prensa libre. Mejor sería que nos olvidemos por unos días de estos disparates, para desearnos felices fiestas de Navidad y Fin de Año.

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