No es exagerado afirmar que el próximo domingo 7 de octubre prácticamente todo el mundo estará atento a lo que pase en Venezuela. Que estará pendiente del resultado de las elecciones presidenciales que se realizarán en ese país y a las que el presidente Hugo Chávez Frías se presenta para ser reelecto con la pretensión de continuar en el poder que ejerce desde 1999 .
Todo es incertidumbre. Chávez dice que gana por muerte, que arrasa. Que las encuestas le dan una diferencia de hasta 10 puntos por encima de Capriles, aunque hay encuestas que favorecen al candidato de la oposición.
Los actos públicos en cambio, muestran un mayor poder de convocatoria de Capriles. Los de este son multitudinarios y los de Chávez bastantes mas pobres pese a que tiene a sus disposición, para acarrear gente, todo el poder del Estado, transporte y dinero.
Hay analistas que piensan que Chávez va a ganar porque a sus votos genuinos suma gente que no lo quiere pero que lo va a votar por miedo a lo que pueda pasar si pierde.
Están por otro lado los que sostienen que Chávez ya tiene el tema bien atado: que hará trampa. Veamos, según leemos en El Universal: Cuando Chávez llegó en 1999, el Estado venezolano tenía un solo canal de televisión VTV, la agencia de noticias Venpres y Radio Nacional. Trece años después, bajo su mandato directo, operan 6 canales de televisión -VTV, Vive TV, Ávila TV, TVES, Telesur y el canal de la Asamblea Nacional-; una red de emisoras que tiene como ejes a la Radio Nacional, con tres señales, y YVKE Mundial también con otras tres. Así las rudas y poco éticas emisoras Tiuna y Arsenal Caracas, la primera, inexplicablemente en una democracia, “la voz de las Fuerzas Armadas de Venezuela”. En el interior, el incontrolado, secreto, dispendioso y corrupto gasto del Gobierno mantiene más de 30 emisoras de televisión comunitarias y cerca de 400 emisoras radiales comunitarias. Pdvsa tiene 10 emisoras paralelas a la red oficial que hacen propaganda roja las 24 horas. En materia impresa los diarios Vea, el Correo del Orinoco y Ciudad CCS. Por el lado del cierre de medios este gobierno saco del aire a RCTV (pues competía con Chávez en los sectores D y E), 32 emisoras de radio y 2 canales de regionales, mientras que aquellos que se mantienen operando y no obedecen las presiones gubernamentales viven al acoso del Seniat, no reciben propaganda oficial, sufren atentados a sus instalaciones, sus periodistas no tienen acceso a las fuentes gubernamentales y son objeto de decisiones de los tribunales que son interpretaciones de instrucciones precisas de la Presidencia, obligándoles en muchos casos a situaciones de autocensura o a despedir a periodistas y locutores.