El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atribuyó, en parte, el ataque aéreo directo contra el gobierno de Siria a la profundización de la crisis de refugiados, a pesar de que Washington sigue prohibiendo a ciudadanos de varios países, incluido ese, el ingreso a su territorio.
Varias organizaciones de derechos humanos respondieron al argumento de Trump, pidiéndole que levantara la prohibición que se aplica contra ciudadanos de Siria y de otros cinco estados de África y Medio Oriente. “Trump empleó términos muy duros para describir la crueldad y los horrores que niños y civiles, en general, soportaban en Siria”, recordó Maria McFarland Sánchez-Moreno del programa Estados Unidos de Human Rights Watch (HRW). “Tratar de dejar fuera de Estados Unidos a los refugiados es cruel”. “Es contrario a los valores que tradicionalmente Estados Unidos ha defendido e inconsistente con algunas de las declaraciones del propio presidente Trump usadas anoche”, precisó McFarland Sánchez-Moreno.
Desde Palm Beach, en el estado de Florida, Trump mencionó el jueves 6 cómo “incluso hermosos bebés habían sido cruelmente asesinados” en el ataque realizado con lo que parecen ser armas químicas a principios de este mes.
“Años de intentos por cambiar el comportamiento de (Bashar al) Assad fracasaron y de forma drástica. Eso hace que la crisis de refugiados se siga profundizando y la región siga desestabilizada”, prosiguió el presidente estadounidense.
El ataque de Estados Unidos en territorio sirio marca un cambio de rumbo en la política de Trump hacia Siria, pero no hay ningún indicio de que vaya a ocurrir lo mismo con los refugiados de ese país. Las reacciones en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas fueron variadas, algunos de los 15 miembros estuvieron a favor, a pesar de que Estados Unidos realizó el ataque de forma unilateral y sin contar con el respaldo de este órgano.
Lyndal Rowlands
International Press Service