Hoy Argentina afronta un proceso electoral de elecciones primarias obligatorias para definir candidatos a la presidencia y varias gobernaciones de distintas tendencias.
Allá le llaman las Paso (Primarias, abiertas simultáneas y obligatorias). Cada partido o coalición pone en una papeleta a sus candidatos y los electores definen a su preferido. El caso es que las elecciones son obligatorias aunque sean primarias.
La disputa externa a los partidos y coaliciones no ha variado en los primeros lugares.
Las encuestas muestran que el oficialismo, que condenó al preferido de Cristina Fernández, el ministro Randazo, para apuntalar la candidatura única por el Frente para la Victoria con Daniel Scioli, tiene preferencia. Los márgenes de su ganancia se debaten entre 5 y 10%.
El Gobernador de la provincia de Buenos Aires le ganaría a Mauricio Macri, del Republicano PRO, jefe del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, un bastión clásico del antiperonismo a diferencia de la propia provincia. Macri a su vez es el más opcionado dentro de su coalición Cambiemos en la que compite internamente con el Radical Ernesto Sanz y la senadora Elisa Carrió .
Más descolgado en las últimas encuestas Sergio Massa , que salió del propio oficialismo del Frente para la Victori (el partido de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner) para formar el Frente Renovador, compite en sus internas con otro exdirigente peronista el Gobernador de la Sota de Córdoba. Massa era el preferido hace un año.
Hay varios candidatos más como Margarita Stolbizer de los Progresistas, otros peronistas (‘peronistas somos todos’, decía el general) y varios postulados por las izquierdas siempre minoritarias hasta completar hasta 11 frentes distintos.
El oficialista Scioli puede ganar hoy el primer round merced a una millonaria campaña, una imagen que no carga con el desgaste gubernamental de una crisis galopante. Todo recién empieza. Pero los peronistas son muchos como decía Juan Domingo Perón.