Son tantos los temas que figuran en la agenda del Estado que sería difícil para el Presidente que resulte electo el 2 de abril que los conozca en su totalidad. Son detalles que no fueron discutidos en la primera vuelta, tampoco en la segunda. Está demás decir que estos apuntes pueden ser ignorados en su totalidad, pero quedarán escritos por si acaso. La idea es no derrochar a manos llenas los sagrados recursos del Estado.
Lo primero, un catastro urgente de los bienes que tiene el Estado, principalmente de la flota de vehículos y ver la posibilidad de que se vendan los que sobran y que les pongan placa para que se los identifique en las calles. ¿Un ministro necesita más de un carro para ir desde la casa hasta su oficina? ¿El Presidente necesita más de dos automóviles durante sus desplazamientos?
Con tanto edificio público disponible se podría pensar en dar una mejor utilidad al de la Unasur en la Mitad del Mundo. ¿Se imaginan en ese fastuoso edificio una biblioteca pública, una sala de exposiciones abierta a todas las artes?
Se sabe que hay dos aviones presidenciales, solo basta con uno o con ninguno. Los viajes presidenciales deberían ser más restringidos o prioritarios. No es normal que el Presidente pase más tiempo fuera del país que en su despacho. ¿Vieron la fotografía de Macri mientras viajaba a Madrid en un avión comercial de Iberia?
Que el Presidente viva en la residencia del Palacio de Carondelet también serviría para evitar tantos desplazamientos inútiles que cierran las vías y ocupan las calles destinadas para uso exclusivo del transporte masivo como el trole. ¿Sabían que Rodrigo Borja vivió los cuatro años de su mandato en Carondelet?
Esos banquetes con karaoke incluido deberían pasar a la historia, si al Presidente le gusta la música que contrate a un artista nacional, pero si quiere cantar que se compre un equipo de karaoke y lo instale en su casa. ¿Conocían que el doctor Borja cuando invitaba a una cena brindaba jugo de tomate de árbol?
Que los medios públicos no sean un canal de propaganda del Gobierno, que estén abiertos a las voces de todo el país. ¿Sabían que la BBC de Londres se financia con los impuestos de todos los ciudadanos y que es prohibido hacer propaganda a favor de las autoridades gubernamentales?
El nuevo Presidente debería emprender una campaña ciudadana tendente a desterrar el odio e inculcar valores cívicos, de respeto al prójimo, al peatón, a no orinar en la calle, etc. ¿Sabían que las multas por orinar en las calles durante el carnaval de Brasil fluctuaban entre 200 y 300 dólares?
Presidente, cuando llegue al poder actúe con normalidad, lo peor es la arrogancia, creerse inmortal. No humille al adversario derrotado, si se siente eufórico no tuitee porque, especialmente los disparates, se vuelven virales a la velocidad de la luz.