Anti-extranjero

E l debate sobre la recientemente promulgada Ley Orgánica de Comunicación se ha centrado en las implicaciones políticas de ampliar la influencia estatal sobre los medios de comunicación y sus contenidos. Sin embargo, vale comentar tres aspectos de la ley, que tienen implicaciones para la economía y los negocios.

El primero tiene que ver con las limitaciones a la publicidad comercial de productos. Según la ley los medios de comunicación no podrán "publicitar productos cuyo uso regular o recurrente produzca afectaciones a la salud de las personas", según los listados que elaboren funcionarios del Ministerio de Salud Pública. Bajo un criterio tan amplio, las autoridades de salud podrán eventualmente prohibir la publicidad de la denominada comida "chatarra", de bebidas azucaradas, de dulces y de otros productos "poco saludables" que son producidos primordialmente por empresas transnacionales.

En segundo lugar se dispone que la publicidad que se difunda en Ecuador deberá ser producida por personas naturales o jurídicas ecuatorianas, e incorporar primordialmente a expertos locales. La importación de piezas publicitarias producidas fuera del país por empresas extranjeras, queda expresamente prohibida.

Estas restricciones buscan promover la producción publicitaria local pero, indirectamente, pretenden alcanzar otros dos objetivos importantes para el gobierno dificultar la promoción y venta de productos importados puesto que a muchas marcas globales les resultará difícil producir comerciales, especialmente diseñados para el mercado ecuatoriano, así como moldear los hábitos de consumo en el país. Se trata, a fin de cuentas, de medidas "paraarancelarias" dirigidas a restringir las importaciones, un asunto de permanente preocupación gubernamental.

Finalmente se obliga a los medios de comunicación audiovisual a destinar progresivamente hasta el 60% de su programación a la difusión de contenidos de producción nacional. Las estaciones de radiodifusión deberán incorporar en su programación un 50% de música producida o compuesta en Ecuador.

Estas restricciones pueden tener un impacto económico importante en las estaciones que, debido a la incorporación forzada de contenidos, vean mermados su audiencia y auspiciantes. En una época en que, cada día con mayor facilidad, los ciudadanos acceden a través de Internet a contenidos multimedia gratuitos y pagados que se ajustan a los gustos individuales, restricciones de este estilo pondrán en mayor desventaja a las estaciones locales y, eventualmente, limitarán la difusión de la programación nacional que la ley pretende promover.

Desde el punto de vista económico, la Ley de Comunicación luce como un nuevo esfuerzo gubernamental para dificultar las actividades comerciales y "cerrar" la economía a las fuerzas de la globalización.

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