Hoy va Colombia a las urnas en una campaña polarizada y atravesada por los ecos de un proceso de paz con las FARC cuyas aristas y complejidades no convencen a todos.
Las más recientes encuestas confieren a Iván Duque una supremacía de entre 10 y 12 puntos sobre su inmediato rival, Gustavo Petro. Los datos no alcanzan para que haya una sola vuelta. A Duque le sostiene y le persigue la figura del ex Presidente Álvaro Uribe. Exministro y senador su seña de identidad le asocia con la derecha dura, aquella que se opuso a los acuerdos de paz y ahora dice que respetará pero aclara que buscará ‘una paz con justicia y sin denigrar a las víctimas ‘(Debate Final, Caracol tv).
Petro proviene del acuerdo de paz ya lejano de la guerrilla del M-19 con trayectoria como senador y una desastrosa gestión como alcalde de Bogotá. Representa a la izquierda, ahora la más radical ya que las FARC declinaron la candidatura presidencial. Petro dijo, en el programa citado, que el aspecto político está lejos de las formas de violencia nuevas y que Tumaco es la ‘zona franca de exportación de droga más grande del mundo’. Remarcó en presencia y manejo de los carteles mexicanos y dijo que el poder de fuego de los ilegales es mucho más grande que el que tenían los insurgentes.
Sergio Fajardo dijo que los 9 000 hombres de las fuerzas de seguridad llegaron tarde a Tumaco, allí no ha existido educación, salud, seguridad, jueces ni fiscales y hay que potenciar la agroindustria como solución.
Vargas Lleras contó que quedan 16 grupos residuales de las FARC y que el 40% de los alzados en armas no se acogió a la paz. Para Duque, ellos construyeron una retaguardia y señaló que las FARC no informaron de la operación de narcos, aunque Petro comentó que miembros de las FARC revelaron las coordenadas del paradero de alias ‘Guacho’.
La clave de segunda vuelta es saber a dónde irán los votos de los candidatos Fajardo, Vargas y De la Calle, si las encuestas esta vez no se equivocan.