Manabí puede tener un mayor peso en los comicios generales del 2017. Su papel incluso podría ser decisivo, en el escenario de una elección apretada, en segunda vuelta.
En la provincia del Guayas, que históricamente ha tenido un papel importante por la cantidad de electores, las preferencias están divididas.
Ahí existen 3 073 271 de personas habilitadas y dos propuestas políticas fuertes que dispersan el voto porque ambas representan a la misma tendencia de centroderecha.
La de Guillermo Lasso, del movimiento Creo y la de Cynthia Viteri, del Partido Social Cristiano. A esto se suma el voto duro que tiene el partido oficialista.
En Manabí, en cambio, existen 1 193 002 personas habilitadas para votar. Las principales fuerzas políticas han sido conscientes de la importancia electoral y por eso trataron de sacar ventaja.
En un principio hablaron de que estructurarían los binomios presidenciales con candidatos de Manabí. Que buscarían figuras que puedan contribuir con la reconstrucción de la provincia, luego de los efectos que dejó el terremoto del 16 de abril pasado.
Pero finalmente eso no ocurrió. Los tres principales binomios, que encabezan la intención de voto en el país, priorizaron la elección del vicepresidente en función del cálculo político. Buscaron un equilibrio etario, regional y hasta de género. Manabí no entró en las urgencias electorales de los candidatos y puede ser un mal augurio.
Los manabitas y ecuatorianos en general debemos velar porque se dé la atención que se requiere para superar los efectos del sismo.
Habrá que ver cómo finalmente quedan estructuradas las listas de asambleístas nacionales, para constatar si eso puede contribuir con el desarrollo y recuperación de esa parte del territorio. Y no solamente por el número de votantes, sino por la importancia que tiene para el país. Es un polo turístico con mucho potencial para atraer inversión y fuentes de trabajo para un país que enfrenta una crisis.