La amiga

No parece fácil la cirugía a la corrupción. Lleva ya diez meses en el quirófano y no le han extirpado ni un centavo de toda la plata que se llevó. No es fácil porque los cirujanos, los fiscales, son al mismo tiempo los pacientes, los acusados.

Corrupción opérate a ti misma, habría que decir parafraseando aquella sentencia “médico cúrate a ti mismo”.

El Fiscal General cayó víctima de un auto golpe blando y espera a la puerta del quirófano a los cirujanos de la Asamblea Nacional. Uno de los cirujanos será el ex Presidente de la Asamblea a quien, al parecer, le extirparon la corporeidad porque dicen que se ha tornado invisible; algunos de los antiguos amigos prefieren hacerse los que no le ven.

La Asamblea Nacional tiene nueva Presidente, elegida por una mayoría de 84 representantes que ahora le consideran amiga aunque poco antes le consideraban enemiga. Ella, sin embargo, no es la amiga más famosa del país en estos días.

Aseguran que la famosa amiga es la nueva encargada de hacer la cirugía a la corrupción, aunque a ella también quieren someterla a cirugía algunos políticos, asambleístas y comisionados anticorrupción.

La amiga es la subrogante, dice el Fiscal General, pero ella asegura que no es amiga de nadie.

No reconocerán amistades peligrosas, pero mayor peligro sería dejar la lucha anticorrupción en manos de alguien a quien los corruptos llaman amiga.

Los ciudadanos consideran que todavía está lejos lo que más importa que es encontrar la verdad y asumir sus consecuencias. Viene bien recordar la frase atribuida al filósofo Aristóteles: “Amicus Plato, sed magis amica veritas” (Platón es amigo, pero más amiga es la verdad). Los políticos podrían preguntarnos como preguntó Poncio Pilatos, sin esperar respuesta: ¿y qué es la verdad?

El mismo Aristóteles estableció la definición de verdad como la correspondencia entre lo que se dice y la realidad. Si el interés de los funcionarios del escándalo es hacer agua lodo para esconder la realidad, entonces la lucha contra la corrupción es una mentira.

La verdad es la luz y la mentira son las tinieblas. Cuando ocultan las cifras, cuando declaran secretas las cuentas, sean las cuentas del IESS o las cuentas de la deuda pública, nos envuelven en tinieblas.

Los gobiernos se han hecho expertos en el manejo de la desconfianza porque saben que los ciudadanos vamos perdiendo fe en los políticos.

Los asesores, estrategas y expertos ya no manejan cifras, argumentos o ideas, solo manejan emociones.

La única posibilidad de darle guerra a la corrupción es la transparencia. La tecnología actual nos permitiría hacer el seguimiento de cada dólar que se gasta del presupuesto si exigimos ese grado de transparencia. Tenemos que arrojar luz en las tinieblas, la gran amiga es la verdad; es hora de dar la vuelta otra tortilla, en lugar de ser vigilados por el gran hermano, los ciudadanos debemos vigilar al gran hermano.

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