Septiembre siempre ha sido un mes mágico en Chile. Se celebra la fiesta nacional el día 18 y el 19 conmemoramos al Ejército. Este año, además se cumplen 40 años del golpe de Estado, el cual permanece indeleble en el alma de la nación.
Hace cuatro décadas ocurrió el quiebre institucional, en el que perdió la vida defendiendo sus ideales, el presidente Salvador Allende. Ello ocurrió un martes 11 de septiembre, día nublado, triste y algo frío. La naturaleza algo presagiaba.
Allende además de ser un líder para muchos chilenos, se ha convertido en una leyenda internacional para los que defienden su verdad, a pesar de cualquier consecuencia. Este médico dedicó su vida a difundir y defender su ideal de cambio social en democracia. Logró llegar al poder el 4 de septiembre de 1970.
Días después muere Pablo Neruda, víctima de un cáncer dicen unos, o de una situación más escabrosa dicen otros. Pero lo más probable es que haya muerto de pena por la muerte del amigo Presidente, por la interrupción de un proceso que entusiastamente apoyaba, o por la dura situación que Chile empezaba a vivir.
Neruda es el chileno más conocido en el mundo. Nació en un hogar humilde, y gracias a la educación pública y sus propias capacidades, llegó a lo más alto de la intelectualidad obteniendo el Premio Nobel de Literatura en 1971, entregándole a Chile el segundo reconocimiento sueco.
Muchos han enamorado con sus versos. Quién no ha escuchado alguna vez “me gustas cuando callas porque estas como ausente”. A su poesía amorosa, la que nunca abandonó se suma su canto a la naturaleza, y por sobre eso a la lucha del hombre por la libertad y la justicia. En “El Canto General” incluye los más significativos poemas dedicados a los pueblos americanos.
Allende y Neruda mantuvieron estrechos vínculos con Ecuador, país siempre cercano que no puso obstáculos para que millares de chilenos se afincaran aquí para protegerse y rehacer sus vidas. Allende lo visitó varias veces, y siendo Presidente estuvo en Quito en 1971. Era admirador del arte quiteño y cultivaba una profunda amistad con Guayasamín. El poeta, que estuvo en Ecuador un par de veces, fue amigo de Jorge Carrera Andrade y del notable escritor Jorge Enrique Adoum. Neruda, entre otras cosas, le dedicó a Manuelita su “Insepulta de Paita”.
En septiembre renace Chile, con sus fiestas patrias y la primavera, con alegrías y nostalgias, con entusiastas celebraciones y emocionados recuerdos de estos grandes chilenos que, pese a su desaparición física, aún nos acompañan en la construcción de un país orgulloso de su pasado y optimista de su futuro.