Tenían la estructura armada. El manejo de todos los poderes del Estado les permitía (o eso creyeron) que podían arrasar con todo y con todos.
Partiendo del Foro de Sao Paulo y amparados en la corriente socialista que pretendían implantar en el continente, se ensañaron contra todo lo que se les oponía. Los que no se alineaban con ellos eran el blanco para la destrucción.
Sin embargo, algo les salió mal. Puede ser que el abuso conque actuaron y el creerse eternos e indestructibles haya sido el detonante. Lo que nunca pensaron fue que la principal y más feroz oposición que hayan visto hubiera salido precisamente de sus otrora aliados; de sus propias bases que no fueron (es de creer) tan despiadados con el destino del país.
Algo salió mal y hoy día están solamente cosechando lo que sembraron. No obstante, falta mucho por recorrer. El camino es largo y si se quiere llegar a la verdad, todavía faltan muchos peldaños que escalar, muchas barreras que eliminar pues lo que realmente está en juego no solamente es el honor de un país que comienza a sentirse engañado sino que, también está en juego (para ellos), es la autentificación de un expresidente que cree (si verdaderamente lo cree) haber sido el más importante de los últimos cien años y que solo se lo puede comparar con los grandes transformadores del país.
Sí, algo salió mal; pero para ellos, para ellos que creyeron que el país se podía distribuir entre unos cuantos, es decir entre ellos. Hoy, el país comienza a respirar con nuevo aire buscando aliento ante tanto abuso, ante tanto ataque y tanta confrontación. El camino es largo y para algunos nos queda la duda de si el presidente Moreno tendrá la objetividad, la independencia y la capacidad para poner las cosas en el lugar que corresponde.
Algo salió mal y hay que abrir el baúl para descubrir todo lo que está oculto o lo que quisieron ocultar pues en más de una ocasión la democracia estuvo en peligro, las finanzas públicas fueron saqueadas y las libertades de los ecuatorianos estuvieron sometidas al régimen autoritario y persecutorio que lograron efímeramente implantar.
Algo salió mal y es hora de enmendar.
Curiosamente a quien le toca esta tarea es, ni más ni menos, un exaliado, su exprincipal colaborador y que, quizás por honestidad, quizás por convicción o quizás porque no tenía otro camino, debe actuar en primera persona. En todo caso, el país no soporta más y demanda nuevos senderos, nuevas y más claras luces; no solamente en lo relacionado con la forma en que interactúan los diferentes estamentos que conforman una sociedad sino también en las maneras como se manejan sus recursos. Solo así saldremos del abismo al que fuimos arrastrados.
Afortunadamente para el país, algo les salió mal.