Este artículo contiene argumentos en favor de que el ser humano tenga (ahora le llaman “adopte”) un perro. Busca resaltar los beneficios de interactuar con un can. Para comenzar, si ciertos personajes públicos hubieran conocido la utilidad de tener un perro cerca (hablo del animal) y no a ciertos asesores (no me refiero a los animales), aseguro que muchos conflictos, actitudes, odios, palabras descorteces o altisonantes no se habrían presentado en la vida política nacional.
Según un estudio publicado el viernes pasado en diario EL COMERCIO, tener una mascota disminuye el riesgo “de ser diagnosticado con depresión clínica”. Esta misma noticia señala que las personas con perros en la casa son menos visitados por los médicos en comparación de aquellos que no los tienen. Los profesionales que hicieron el reclamo por el tema de mala práctica médica incorporada en el Código Orgánico Integral Penal, posiblemente no hubieran acudido a las calles aledañas a la Plaza de la Independencia, si el jefe y sus obedientes servidores tuvieran en sus hogares un animalito de cuatro patas… los otros llegan sin ser llamados y se quedan.
El perro, según el estudio referido, ayuda a recuperarse de una crisis, de un estrés traumático. Conocidos los resultados de las votaciones del 23 de febrero pasado, sería conveniente que los perdedores de esa lid electoral adquieran una mascota, les va a ayudar a salir de la honda crisis que la mayoría de ellos no la acepta, menos intentan superarla. Y aquellos que la asumen, obviamente sin el consentimiento del jefe, deben comprar una mascota, “más que sea” de peluche, para enfrentar la crisis existencial que les embarga, y así volver a la realidad a pesar del duro mazazo recibido.
En la misma línea de lo expresado en el párrafo precedente, se afirma que los perros “fortalecen los vínculos humanos”, no solo en sus relaciones interpersonales, sino también con la comunidad. De ser esto así, que no tengo por qué dudar de la investigación efectuada por la Universidad de Tufts, se imagina cuánta frase negativa y actitudes hostiles se habrían ahorrado ciertos políticos que califican de sectarios a sus propios compañeros de lucha, y les culpan de los errores de otro. Si a esto se agrega que los perros también permiten mejorar las habilidades sociales, posiblemente no habría un Avanza. Tal vez en lugar de un Creo y un SUMA, tendríamos una multiplicación de mentes positivas y desprendidas de ambiciones egoístas. Los Pachakutik, con el mayor de los respetos, deberían hacer caso a sus animalitos, y honor al dicho “es más fiel que perro de indio”.
De toda la gente que usted se ha imaginado mientras leía este artículo, ¿quién cree debería adoptar un perro?… También comparto esa idea, pero ¿solo un can?