Se promueve un Acuerdo Comercial Ecuador-EE.UU. Los actores destacan las ventajas: acceso preferencial de exportaciones; previsibilidad; diversificación y cambio de la matriz de producción; empleos; sostenimiento de la dolarización.
Obtenerlas supone pre condiciones a partir de objetivos-país, una política macroeconómica coherente, de vigencia de los equilibrios fundamentales; regulación apropiada (para la innovación y servicios de calidad); que los operadores (Estado, empresarios, trabajadores) cumplan sus propias funciones; una cooperación general para identificar exportaciones “mercado por mercado y producto por producto”; cualificación de costos; opciones financieras para la reconversión de las industrias; políticas de comercialización externa y de modernización.
Hay, asimismo, que evaluar el escenario de la contraparte. Y, claro, el del propio país.
El primero, bajo la administración Trump, muestra muchas zonas grises: ¿el “América first” supone proteccionismo? Al parecer EE.UU.
estaría dispuesto, en la nueva coyuntura, a un acuerdo con Ecuador. ¿De qué tipo? Trump, asumido el mando, retiró a EE.UU del Acuerdo Transpacífico (TPP), inició la tormentosa renegociación del TLCAN, respaldó el retiro de Gran Bretaña de la UE; cedió el protagonismo a China en la APEC. En su informe sobre la Unión ratificó que aplicaría políticas contra el comercio que juzga desleal y la propia OMC. Tampoco está claro si el USTR podría iniciar una negociación de acuerdos que tenían –hasta hace tiempo- un gran alcance en todos los ámbitos: bienes, servicios, servicios financieros, inversiones, compras públicas, propiedad intelectual, etc.
En el Ecuador también hay zonas grises: falta de un claro Programa Económico 2018-2021; una tasa aduanera juzgada ilegal; denunció los acuerdos de inversión; ha definido una agenda de política exterior con sesgos políticos evidentes; hay descoordinación entre algunas instancias oficiales, básicamente.
No es fácil lograr un “mejor” acuerdo que con la UE. Cada bloque o país tiene intereses específicos. Los define en función de su estructura de comercio y los acuerdos son muy particulares.
EE.UU, antes, mantenía textos uniformes de negociación, cuya estructura no era modificable (en la negociación es donde se obtienen ventajas).
Ahora no se conoce la estrategia pero hay disposición a negociar bilateralmente: ¿esto supone que se trataría de un acuerdo distinto a los suscritos con Perú y Colombia? En el plano bilateral predominan las posiciones del socio más grande. Hay, por ahora muchas dudas.
Ecuador necesita más comercio con estrategias viables que enfrenten los nuevos retos de la economía global. La coyuntura es complicada, se requieren políticas renovadas, estables y solvencia técnico-estratégica. Difícil, pero hay que hacerlo. Y pronto.