El Fondo Monetario Internacional (FMI) incursiona de lleno en el debate mundial sobre la creciente desigualdad de ingresos, ofreciendo una serie de polémicas conclusiones que contradicen la ortodoxia económica que ha enarbolado durante décadas.
El FMI, la principal institución financiera multilateral, sostiene que la desigualdad de ingresos “tiende a reducir el ritmo y la perdurabilidad” del crecimiento económico. En una investigación divulgada el jueves 13, el Fondo también sugiere que una gama de políticas de redistribución “progresista” -tributarias y de gastos nacionales que se inclinen a favor de los pobres- reducirían la desigualdad y serían por tanto “favorables al crecimiento”.
“Este es un fallo definitivo de que la desigualdad es mala para el crecimiento”, dijo Nicolás Mombrial, portavoz de Oxfam, en una declaración formulada a IPS.
“La evidencia del FMI es clara: las soluciones para combatir la desigualdad son invertir en salud y educación y adoptar impuestos progresistas. Las políticas de austeridad hacen lo opuesto, empeoran la desigualdad”, indicó.
“Esperamos que esto señale un cambio de largo aliento en las recomendaciones políticas que el FMI hace a los países”, añadió.
En el último medio siglo, el FMI, con sede en Washington, operó como el “prestamista de último recurso” para las economías en crisis. A cambio de préstamos rápidos, la entidad multilateral suele imponer una serie de estrictas medidas de austeridad, que apuntan a sanear las finanzas del país en cuestión.
Luego de muchos años de protestas por estas condiciones, el FMI se abocó a una exhaustiva evaluación de sus enfoques.
En noviembre, propuso una puesta a punto de los criterios que emplea para la reestructuración de deudas, si bien ahora la presentación formal de esta propuesta se postergó para junio.
“Aunque los principales puntos no son nuevos, el informe del FMI es significativo, porque sus consejos políticos siempre estuvieron en el extremo más conservador, desde restringir medidas que aliviarían los peores impactos de las crisis en los más pobres hasta promover cambios retrógrados en los sistemas tributarios”, dijo a IPS el investigador Álex Cobham, de la oficina londinense del Centro para el Desarrollo Mundial, un grupo de expertos con sede en Washington.
“No obstante, no deberíamos esperar cambios enormes o inmediatos en las políticas del FMI. La situación en materia tributaria demuestra muy bien que el Fondo puede seguir promoviendo en los países principios que han sido desacreditados por sus propias investigaciones”, agregó.
La nueva recomendación sobre desigualdad de ingresos probablemente reciba escepticismo en muchos lugares, aunque el FMI da su pleno apoyo a las conclusiones.
El jueves 13 se divulgó solo un documento de trabajo, tuvo un gran despliegue en Washington, donde lo presentó David Lipton.