Jugar públicamente con el estado de salud de una persona, cualquiera que esta sea y más aún cuando se trata de la primera autoridad del Estado, resulta irresponsable y demuestra quién es el que utiliza este delicado tema con fines políticos y de su ego personal. Basta revisar la historia reciente para comparar entre lo que decía la misma persona del entonces compañero y supuesto amigo y lo que hoy sostiene. Quiere que todos, inclusive el Primer Mandatario, sigan sometidos a sus caprichos, tras haber manejado la última década con autoritarismo, prepotencia, intolerancia, abusos y acciones contra los Derechos Humanos y las libertades individuales.
La ventaja de los prevaricadores (no solo hay en lo judicial sino aquellos que adelantan criterios en otros campos) es que permiten conocer la verdadera intención que han tenido y se descubren de cuerpo entero, producto de su codicia. El exmandatario está desesperado por no perder la opción de retornar al poder y ha señalado algo grave: el presidente Moreno “tiene una salud frágil”, que se presta para diversas lecturas y conjeturas. En el supuesto que fuera así, demuestra que habría tenido la intención al revés: le insistió al actual jefe de Estado que acepte la candidatura y le impuso el nombre del vicepresidente, precisamente para que este asumiera en poco tiempo la primera magistratura y le prepare su retorno a Carondelet.
Lo dice después que le había solicitado que “cuide a los compañeritos”, como revelara el Presidente, y como no ha cumplido rompió fuegos. Hoy se entiende el pedido, con tantas denuncias y serias presunciones de responsabilidad penal descubiertas por la Contraloría (10 informes últimos, 59 involucrados) y la Fiscalía. Se entiende su angustia cuando dice que se quiere cambiar al Fiscal para meterle a la cárcel. ¿Será que eso le dice su conciencia?
Confianza en su amigo Vicepresidente por el que mete las manos al fuego. No se sabe si también ha sido compañero en las serias presunciones de corrupción que las investigaciones deberán esclarecer y por lo cual ha ido a parar a la cárcel inicialmente por asociación ilícita, aunque se indaga por otras causas, debido a las irregularidades encontradas con la empresa Odebrecht, junto a su tío, en las que ha evidenciado contradicciones frente a las claras evidencias en su actuación.
Si fuera como ha dicho, sus afirmaciones delatan su avaricia al no poder controlar la situación, precisamente por las investigaciones fiscales, basadas en tanta información, pruebas documentales y testimoniales, gran parte que ha venido de Brasil y EE.UU. Cada vez se descubren más hechos que exhibe la Fiscalía en los procesos instaurados contra el compañero del ausente y que los ovejunos que quedan siguen defendiendo a ciegas, con todo el desgaste que eso implica para el movimiento oficial.