Se acabarán los dólares

Si –como dicen los que saben- las reservas petroleras se extinguirán en 10 años, debemos tener en marcha, en este lapso, un programa que compense la sustancial reducción del ingreso causada - aún antes- por el aumento indetenible del consumo interno de combustibles.

Entonces es prioritario y urgente producir nuevos productos de exportación de base tecnológica y con valor agregado ecuatoriano, para lo cual hace falta encontrar mercados en cualquier parte del mundo, sin discriminación alguna, en el norte y el sur, en el oriente y occidente, en países capitalistas o no, lejos o cerca, en dónde sea.

Hacer nuevos productos para exportar no es tarea fácil, pues precisa poner en marcha una matriz productiva moderna con el concurso del Estado y de la empresa privada. Hasta aquí se ha basado el desarrollo en el gasto público, pero esto ya va llegando al límite, por lo que es de prioridad absoluta un gran acuerdo nacional para abandonar hostilidades recíprocas entre los intereses públicos y privados y poner en práctica el Código de la Producción con reglas estables, sin medidas abruptas, a base de un consenso que fije las reglas para los próximos 10 años. Solo así vendrán la inversión productiva nacional y extranjera y el crédito para financiar el desarrollo, más aún cuando no tenemos moneda propia para hacer política cambiaria.

Si bien son importantes las consideraciones de alineamiento político más es el aprovechamiento económico de los tratados comerciales con cualquier país o región. La clave es analizar las condiciones que se presentan en cada oportunidad para seguir creando posibilidades y no destruyendo mecanismos que le han servido al Ecuador como es el caso de la Comunidad Andina. Para embarcarse en cualquier acuerdo comercial es necesario tener en claro qué nuevos productos tendrá el Ecuador para vender al resto del mundo y qué puede hacer en los próximos 10 años. Si no tenemos competitividad -y por eso clamamos por preferencias arancelarias- lo definitivo es mejorar nuestra productividad intrínseca para enfrentar todos los cambios que erosionarán las preferencias comerciales,

Aun si se mantiene en 100 dólares el barril de petróleo ecuatoriano, los ingresos ya no alcanzarán para financiar el desarrollo nacional en esta década y los préstamos a un país que consume crecientemente su petróleo se volverán más caros y escasos. Entonces, se debe iniciar un programa complejo y agresivo para obtener dólares y sostener la dolarización porque si esta periclita se caerá cualquier gobierno. Ya se comprenderá que privilegiar la ideología en materia comercial es negativo para el porvenir del país y solo trabajar de consuno con el inversor privado nos evitará tener años dolorosos como en el primer quinquenio de este siglo.

Suplementos digitales