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Hace un año tomaba vino en las orillas del Sena con el escritor irlandés David Barnes. Me preguntó qué es para mí la "buena escritura". Es aquella que genera una nueva idea. Poco importan las formas. Esa idea puede ser una nueva emoción no descrita, una nueva teoría estética, una nueva metáfora, una nueva perspectiva para ver el mundo; la genialidad reside en aportar un nuevo elemento al mundo de las ideas.

"¿Cuál es su criterio?", le pregunté con admiración. "Para mí la buena escritura es aquella que cuenta la experiencia humana".

La novela 80M84RD3R0 del peruano Czar Gutiérrez es justamente el paroxismo de aquellos dos criterios. Más que un mero reflejo, es una exploración total de lo que es el hombre actual, con una franqueza y una valentía desconocidos.

Era hora de reconocer que nuestros sentimientos ya no se expresan con palabras, se expresan con marcas. Hoy me siento Coca- Cola y tú me causas Lockheed Martin. Nuestros días no tienen como telón de fondo apacibles sonidos de la naturaleza; nuestra vida tiene sountrack, rock desde que nos levantamos, hasta cuando amamos, cuando nos bañamos, cuando trabajamos, nos vestimos, pensamos y defecamos. Nuestras lágrimas ya no se describen como agua salada, sino que son H20 con ACTH que es un poliépido de 39 aminoácidos, que son como los sabores de los helados, cada uno evocando una emoción.

Es ingenuo pensar que las guerras se libran en campos remotos; no, las guerras están en las pantallas de nuestros celulares, de nuestros computadores y de nuestros televisores, en nuestro querido YouTube, en Facebook ("¡oh no, no en nuestro Facebook!" Si en tu Facebook, junto con las fotos tuyas de pequeño y de la chica que intentas coquetear; sino que les pregunten a los manifestantes de la primavera árabe). Pero sobre todo las guerras se libran en nuestras camas, porque el amor es la guerra más violenta.

Así nuestra vida que consiste en ser una mezcla de químicos/marcas/música/amor/ciudades/guerra transcurría tímidamente sin que nadie la denuncie tal y como es: Tremenda. Tremendamente dolorosa, tremendamente alegre, tremendamente tremenda.

Hasta que llegó Czar Gutiérrez, el verdadero 80M84RD3R0, que entra por nuestros ojos como aviones terroristas para perturbar nuestra lobotomizada existencia y derrumbarnos hasta que terminemos idénticos a las trizas de las Torres Gemelas.

Es un rasgo endémico de la naturaleza humana el no saber dónde estamos, qué somos y qué vivimos. La mayoría por cobardía decide no averiguar, el resto son aquellos que tienen los *** de coger 80M84RD3R0 y enfrentarse a la estética más brutal de todas: la nuestra.

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