El año fiscal 2012 terminaría muy bien.
En relación al año 2011, lo que más aumenta es la recaudación tributaria, que hasta agosto alcanzaba USD 13 mil millones (para el sector público consolidado), USD 2 300 millones más que el año anterior, elevadísimo incremento de 22%, lo que refleja cómo suben los impuestos.
El Presupuesto 2012 se aprobó con un petróleo de USD 79.7 por barril, y probablemente promediará 98. Lo que significa aproximadamente USD 1 500 millones de ingresos petroleros adicionales no presupuestados.
Para 2013 el panorama fiscal se presenta sólido.
Como habrá nuevo gobierno, la Constitución exime al gobierno saliente de presentar una pro forma presupuestaria. Esencialmente sigue vigente el presupuesto 2012. Eso nos impide tener la información actualizada y nos obliga a especular.
Para 2013 se cumplió el ritual anual de creación de más impuestos, esta vez cargada a los bancos.
El precio del petróleo promediaría USD 91, o sea menos que en 2012, pero de todas maneras debería generar ingresos superiores a lo presupuestado, si el presupuesto 2013 guarda coherencia con el de 2012.
A no ser que haya un gasto desbocado, los fuertes ingresos bastarán para apuntalar las finanzas públicas. Solo en caso de un desplome pronunciado y sostenido del precio del petróleo, lo que es poco probable, podría presentarse un problema fiscal.
Para 2014-2017, el resto del próximo período presidencial, la situación es menos holgada.
Los grandes proyectos recientemente iniciados no tendrán un importante impacto hasta por lo menos 2017.
A los trabajos en las grandes minas de Kinross y Ecuacorriente les tomará al menos tres años para producir metales e ingresos fiscales. Tres años a partir de la aprobación de la ley reformatoria a la ley minera, proyecto que el Ejecutivo no manda aún a la Asamblea. Eso nos pone en 2016-17.
Cuando las hidroeléctricas Coca-Codo, Sopladora y Toachi estén generando a plenitud, el Fisco se ahorrará combustibles por USD 600 millones anuales. Eso llegaría en 2017-18.
Tras la firma de los contratos del Suroriente, tomará al menos cinco años para explorar, desarrollar y comenzar a explotar los campos. Como los contratos se firmarán a principios de 2014, este ingreso no vendría antes de 2019.
Mientras tanto se espera un modestísimo aumento de la producción petrolera en 2013-15, lo que a duras penas compensará el aumento en el consumo interno. Para 2015-16 comenzará a caer la producción y la renta petrolera.
Habrá un momento que deba parar la creación de impuestos, so pena de asfixiar la economía privada. Y en 2015 se vencen USD 650 millones en bonos globales.
El nuevo presidente tendrá que delinear una estrategia para apuntalar al Fisco hasta el 2017.
En cambio, el gobierno 2017-21 tendría las cosas más fáciles.