El médico veterinario evaluará a la mascota para determinar un diagnóstico y un tratamiento. Foto: Eduardo Terán / Narices frías.
A muchos dueños les puede parecer extraño un cambio de actitud o comportamiento en sus mascotas. La falta de apetito o una tristeza sin explicación podrían indicar que tu compañero necesita atención veterinaria y que algo no anda bien.
Una atención oportuna puede significar una gran diferencia para su salud. Susana Calero, médico veterinaria de la clínica Patitas de Amor, dice que los dueños necesitan conocer a su animal de compañía y saber su comportamiento habitual. “Cualquier cambio, por mínimo que sea debe ser manejado con precaución”, indica.
Una de las señales de que tu perro está enfermo es la pérdida de apetito de forma repentina. La mayoría de canes son bastante glotones y siempre están dispuestos a comer. Por eso, si luego de un par de días su plato no se vacía y no quiere comer –incluso sus galletas favoritas- es momento de ir al veterinario.
Otra alerta puede ser más evidente. Los dueños deben estar atentos a las evacuaciones de sus mascotas. Una diarrea persistente es una señal clara de que tu amigo peludo está enfermo. Según la especialista, se puede tratar de algún parásito. En ocasiones, comen cosas que encuentran en su camino y les sientan mal.
Si vomita un par de veces y luego de unos días se recupera, no hay necesidad de preocuparse. Pero cuando los síntomas continúan por más de dos días no esperes más para buscar ayuda médica.
Si de repente deja de jugar, hace poco ejercicio o está triste también deberás llevarlo al doctor. Normalmente los canes tienen una personalidad activa y juguetona por lo que un perro desanimado puede tener alguna enfermedad o depresión canina.
También debes prestar atención al exceso de ingesta de agua ya que puede indicar una enfermedad crónica como diabetes. Esta enfermedad puede ser muy grave, como en los humanos. Por eso los médicos necesitan tener un diagnóstico temprano para poder mantener a salvo a tu mascota.
La orina con sangre o muy turbia puede ser señal de una infección renal. Además, si tu perro no se siente bien seguramente aullará, llorará y estará inquieto y molesto. Si pasas mucho tiempo con él seguramente lo notarás inmediatamente.