Los dueños otorgan seguridad y confianza a sus ‘hijos peludos’. Foto: Pexels.
Muchas veces, el cariño que existe entre un ser humano y su amigo de cuatro patas es tan profundo que empieza a sentirse como una relación entre padres e hijos. Alimentar y cuidar de sus mascotas provoca, en los dueños, alegría y un sentido de responsabilidad con otro ser vivo, similar a lo que ocurre con los padres que crían a un niño o niña.
La Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, en Austria, hizo una investigación para comprender mejor el comportamiento de los perros adultos y cómo responden a sus dueños. Para esto utilizaron una teoría conocida como “efecto de base segura”. Este concepto, también presente a la relación entre padres e hijos, indica cómo los niños (o los perros) utilizan a sus padres (o dueños) como un foco de seguridad mientras interactúan con el ambiente.
En otras palabras, cuando un niño llega al parque a jugar, estará pendiente de sus padres y en cualquier situación que se presente buscará su apoyo de forma inmediata. Lo mismo sucede con los perros.
En el estudio, los investigadores plantearon tres situaciones en las que se necesitaba la participación de los canes. El animal tenía que jugar con diferentes objetos cuando su dueño estaba ausente, en silencio o animándolos.
Lo que se encontró fue que los perros se sentían menos motivados cuando sus dueños estaban ausentes. Al contrario, cuando sus humanos estaban presentes (en silencio o animándolos) los animales estaban más entusiastas. Únicamente necesitaban la confianza de tener a sus dueños cerca mientras ellos llevaban a cabo sus tareas.
Para determinar si la motivación de los perros estaba influenciada por la presencia de un humano cualquiera o sus dueños, las personas que realizaron el estudio lo volvieron a hacer. Esta vez, suplantaron al dueño con un desconocido. El resultado fue que esta presencia no tenía ningún efecto en el animal.
No es todo. En el mismo estudio se ubicaron pedazos de ropa en diferentes sillas. Los perros se sentaban cerca o apoyaban sus patas sobre lo que habían utilizado sus dueños. Al igual que los niños, los perros buscan en sus ‘padres’ seguridad y confianza mientras conocen el mundo. Es por esta razón que muchos propietarios consideran a sus pequeños peludos menos como mascotas y más como sus hijos.