Los niños y sus mascotas aprenden entrenamiento en Agility en el Campamento de Lord Guau. Foto: Vicente Costales / Narices Frías.
La educación de las mascotas que llegan a un nuevo hogar requiere de la participación de toda la familia. Es una tarea para la que se necesita paciencia, tiempo y compromiso. Los niños también deben formar parte de este proceso ya que crea un vínculo de respeto y confianza con el animal de compañía.
Así lo sostiene Gabriel Carrión, gerente de Lord Guau. “Con una guía adecuada, los perros van a poder ver a los niños como líderes de la manada”, comenta. Los canes aprenden a obedecer las órdenes de los pequeños y ellos tomarán responsabilidad sobre el cuidado de sus animales.
La psicóloga infantil Melisa Vásquez explica que hay muchos beneficios para los niños que crecen con mascotas. “He visto casos en los que un perro puede ayudar a una niña con problemas de autismo a mejorar su comunicación”, comenta. “Además de la compañía y el afecto, los animales pueden ser puentes para los chicos con el mundo”, agrega.
Por esta razón considera que involucrar a los niños en el adiestramiento canino puede tener buenos resultados. Al enseñar a los hijos a cuidar de los animales, ellos van a ser adultos responsables. “No van a abandonarlos en la calle ni maltratarlos en la mayoría de casos”, dice.
Generalmente, las familias buscan mascotas educadas. Para esto existe un entrenamiento de obediencia básica que enseña sobre las reglas del hogar, el respeto a los espacios y las personas o la importancia de los paseos. Otra forma de enseñar es a través del deporte y el juego.
Carrión considera que el Agility, uno de los deportes caninos más practicados en el mundo, puede ser una buena opción. Al correr por la pista, los niños se divierten y, al mismo tiempo, ayudan a sus mascotas a atravesar los obstáculos. Aprenden sobre la perseverancia y el trabajo en equipo. “Al hacer el circuito también aprenden a obedecer”, dice el especialista.
Para tomar en cuenta:
· Los niños pueden aprender a educar a sus mascotas bajo supervisión de adultos a partir de los cinco años.
· Los animales pueden aprender a toda edad. Cuando son cachorros las sesiones son más cortas para evitar que se cansen y se aburran.