Cualquier perro que no esté vacunado contra el distemper o moquillo puede contraer la enfermedad. Los cachorros y animales ancianos tienen mayor riesgo de no sobrevivir a la infección. Foto: Pexels
El moquillo es una de las enfermedades más contagiosas en los perros. También es una infección peligrosa y muchas veces letal que afecta al sistema digestivo, respiratorio y nervioso de estas mascotas.
La enfermedad tiene una tasa de mortalidad bastante alta entre cachorros, perros con sistemas inmunológicos deprimidos y animales geriátricos. Los canes rescatados que viven en albergues y los perros que se comercializan en tiendas de mascotas también están en riesgo.
La infección es producida por un virus (distemper canino) y se transmite por el aire y por el contacto con animales infectados. Poco tiempo después del contagio se presentan los primeros síntomas, por lo que es indispensable mantener a los pacientes aislados.
Fiebre alta, ojos irritados, descargas nasales, debilidad y cansancio son las primeras señales, según Santiago Carrera, médico veterinario. Luego, a medida que la enfermedad avanza, se presenta tos, vómito y diarrea.
En etapas más avanzadas, el distemper empieza a afectar el sistema nervioso de los perros. “Se pueden presentar parálisis, ataques de epilepsia y otros problemas derivados de la afectación el cerebro y a la columna vertebral”, según PetMD, un portal de medicina veterinaria especializado en animales de compañía.
Un diagnóstico temprano mejora las posibilidades de supervivencia, pero no existe un tratamiento que cure la enfermedad. “Se tratan los síntomas con medicación y se espera que el paciente evolucione y mejore, pero los resultados no son siempre buenos. Muchas mascotas no sobreviven”, explica el especialista.
Pero la recomendación de los veterinarios es asegurarse de que las mascotas estén vacunadas para evitar contagios. La vacuna contra el moquillo es una de las primeras en el calendario de los cachorros y se debe repetir la dosis anualmente.