Que dos pequeños chihuahuas se roben el corazón de Máximo Escaleras no estaba en los planes de su familia. El artista lojano no se oponía a tener una mascota, siempre y cuando sus hijos estén a cargo. Sin embargo, cuando un pequeñito de cuatro patas y color miel entró por la puerta de su casa, no pasaron más de un par de semanas para que lo tenga entre sus brazos mimándolo de aquí para allá y llamándolo “mi hijo”.
Ese nuevo ‘hijo’ era Little, un chihuahua que provenía de Guayaquil para ser parte del hogar del cantante. Nathaly Sylvana, una de las hijas del intérprete, fue quien se encargó de llevar al pequeño a la casa de los Escaleras. “Papá sabía que buscábamos una mascota, pero siempre con la condición de que sería nuestra responsabilidad. Bueno, esa rigidez le duró poco, pues luego de unas semanas no paraba de cargarlo y consentirlo”, recuerda Nathaly.
El músico lo admite entre sonrisas. Little es un hijo más para Máximo, por eso lo acompaña a todas partes, inclusive a los conciertos. “Cuando llegó a casa era pegado a Nathaly, pero con el tiempo nuestro vínculo creció, al punto que en una ocasión que salí de gira a Estados Unidos el perrito casi se enferma de la pena”, cuenta.
Esa experiencia fue una señal para saber que su mascota le tenía una fidelidad incondicional. Hoy en día, Little acompaña a Máximo en sus gestiones diarias y hasta es coprotagonista del videoclip Oliendo a Suegro, un éxito del artista lojano.
Ya con el perrito acoplado en casa, la familia se animó a buscarle una compañera. De esa relación nació Buumi. La primogénita de Little y hasta el momento su única cría. Los Escaleras decidieron quedarse con la perrita para que viva con su papá.
Más temperamental que su padre, Buumi se convirtió en la compañera ideal para Little. Son los mimados de la casa y un motivo más para disfrutar de la vida en familia. Sin embargo, esa felicidad pudo tomar un giro diferente ya que la historia de los Escaleras y sus chihuahuas también tuvo capítulos difíciles.
“Si me preguntan una anécdota de mis animales la más recordada es la ocasión que se perdieron. Fue una situación difícil. En verdad pensamos que no los volveríamos a ver, pero gracias a Dios logramos recuperarlos”, comenta el cantante de Chulla Vida y El Metido.
En el 2014, tras casi año y medio de vivir con la familia, Little se salió de la casa y se extravió, probablemente al seguir a otros perros. Cuando notaron su ausencia, la familia lo buscó por los alrededores del barrio pero no lo encontró. Imprimieron volantes y las pegaron por el sector esperando alguna respuesta favorable.
Buumi y Little junto a Nathaly Sylvana. Foto: Santiago Sarango/Narices Frías
Un día después, una persona se comunicó con Máximo. Le indicó que tenía a la mascota y le llamaría más tarde para devolvérselo, pero el músico no esperó. Pidió la dirección y fue en busca de su “hijo”. “El perrito fue a parar en Alangasí. La persona que lo encontró al encontrarlo por la calle se lo llevó. Verlo de nuevo, en medio de otros perros, fue una alegría enorme, pues era algo increíble”.
Buumi, en cambio, contó con mejor suerte cuando se perdió. También salió de la casa sin que la familia se percate y corrió hacia la calle siguiendo por error un auto de la familia. Nathaly se dio cuenta que la perrita no estaba y emprendió su búsqueda de inmediato.
Tras un par de horas, la encontró en manos de unos policías que realizaban actividades de simulacro en el sector. “Me dijeron que Buumi se libró de ser atrapada por una persona que la quería llevar consigo. Al darse cuenta que no era su dueña, los uniformados lograron mantenerla a salvo en un patrullero. Antes de llegar, estaban revisando la placa para llamar a sus dueños”.
Buumi es la chihuahua más juguetona. Foto: Santiago Sarango/Narices Frías
Para Máximo, vivir esas angustiantes experiencias dejó varias enseñanzas en la familia. “El punto no está en tener una mascota y ya. Un perrito es un miembro más del hogar. No puedes verlos de otra manera. Necesitan tu atención, tu tiempo y cuidado, si no se los expone al sufrimiento y de eso no se trata”, agrega el músico.
En el caso del intérprete, desde la llegada de sus chihuahuas, el tiempo que les dedica parte desde realizar una simple gestión movilizado en su auto hasta llevarlos a cada ciudad en donde se presenta. “Una mascota te cambia la vida. Te puedes quedar solo, tu familia se puede ir, y cuando regresas a ver ahí está tu perro, como un amigo, como alguien que llegó para acompañarte, para estar siempre a tu lado. Lo más justo, es que uno también este siempre a su lado. Siempre.”