Adoptar por redes, más que un ‘like’

Israel Carrasco administra el grupo Adopciones de Mascotas Quito.

Israel Carrasco administra el grupo Adopciones de Mascotas Quito.

Israel Carrasco administra el grupo Adopciones de Mascotas Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Las redes sociales se han convertido en el nuevo escenario para la adopción de mascotas. Aquí, las fundaciones de rescate animal logran atraer la atención de cientos de personas que quieren adoptar una mascota, bien apadrinar a otra o aportar con dinero y comida para los rescatados.

Israel Carrasco, quien administra el grupo de Facebook Adopciones de Mascotas Quito, que cuenta con más de 13 400 miembros, es una de estas personas que promueve las adopciones desde los espacios digitales. En su caso, si bien no funciona como una fundación, su interés es apoyar en dos frentes específicos: a las personas que quieren dar mascotas en adopción, y a las organizaciones de rescate animal que quieren difundir las historias de sus peludos.

Sin embargo, la rescatista Emilia Brito considera que los grupos de adopción por Facebook pueden tener un elemento en contra. Si bien ayudan a los animales más necesitados, también resultan atractivos para los que quieren un animal para reproducción. “Muchas personas solo suben fotos de los animales para deshacerse de ellos y los entregan sin esterilizarlos o sin las vacunas suficientes”, comenta.

Norma Varón, quien administra el grupo Adopción de Perros y Gatos en Ecuador, con más de 30 600 miembros, señala que en las redes sociales hay que tener especial cuidado con el tipo de información que se comparte. Ella recomienda a los adoptantes que tanto la familia como el espacio donde estará la mascota sea óptimo, así como recibirla esterilizada y comprometerse a llenar formularios que garanticen el bienestar del animal.

Carrasco, por su lado, comenta que una parte de la administración de estos grupos debe enfocarse en identificar aquellas publicaciones que hacen referencia de compras de perros o gatos.

A pesar de que las publicaciones llegan a tener cientos de ‘Me gusta’, tan solo una mínima parte de los rescatados tienen un final feliz. Es por eso que Carrasco y Varón coinciden en que la viralización de los casos más urgentes (animales adultos, enfermos o con terapias especiales) es una de las prioridades entre los miembros de sus grupos.

Facebook no tiene censura para este tipo de publicaciones. Es por ello que -según Brito- la red social ha abierto una puerta para que quienes no ­saben de tenencia responsable se deshagan de sus mascotas.

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