El robot Pepper conversa con un pequeño durante una exhibición de gadgets de alta tecnología en Tokio. Pepper puede entender hasta un 80% de conversaciones espontáneas, y tiene también una gran variedad de respuestas preprogramadas. Foto: AFP
Desde la semana pasada, los televidentes de la cadena Shanghai Dragon cuentan con una nueva presentadora del clima. Y a diferencia de otras profesionales, ella es capaz de dar en vivo sus reportes del tiempo tras analizar, tan solo segundos antes, gran cantidad de datos de agencias meteorológicas locales e internacionales.
Así, sus cálculos llegan a tener más del 95% de confiabilidad, una gran ayuda en el momento de salir de casa y decidir si llevar paraguas o utilizar bloqueador.
La aparición de Xiaobing, como se ha denominado a esta robot periodista, es el último hito del 2015, un año en el que se dio un gran impulso al desarrollo de la inteligencia artificial.
Como nunca antes, los sistemas inteligentes lograron desarrollar una capacidad de procesamiento de información tan grande que ha reducido sus índices de fallo, incrementando el número de escenarios para los cuales pueden ser aplicados en la vida diaria.
Una muestra de esto es lo que sucedió con IBM y su TrueNorth. Este es el producto de siete años de investigación y consiste en la creación de un chip neuromórfico con una capacidad de procesamiento que, al momento, llega a la del cerebro de un roedor.
La compañía presentó en este año TrueNorth, capaz de procesar información con la inteligencia de un roedor. Foto: IBM.com
El dispositivo cuenta con más de un millón de ‘neuronas’ programables. Su aparición en el mercado obligó a la creación de la SyNAPSE University, una división de IBM Research para desarrollar sistemas neurosinápticos complejos.
Muchos pueden pensar que la implementación de esta tecnología está muy apartada de su vida diaria. Sin embargo, esto no resulta así si se utilizan redes sociales como Facebook.
En este año, el laboratorio de inteligencia artificial de la compañía presentó Moments, que consiste en una aplicación para compartir las fotografías que circulan en su plataforma.
Su funcionamiento se explica con un ejemplo: lo que más abunda en una boda son las fotos. Unas son tomadas por el mismo usuario, otras por los asistentes al evento, pero, al final, todos quieren tener esas imágenes. Moments permite hacer eso mediante la sincronización del álbum de fotos del dispositivo con la aplicación.
La ‘app’, que está disponible tanto para Android como para iOS comparte las imágenes entre los amigos de la red social, incluso cuando los usuarios no están etiquetados. La aplicación distingue sus rasgos faciales y despacha las fotos a sus usuarios finales.
Otra muestra de cómo este año fue decisivo para aprovechar el potencial de la inteligencia artificial fue la introducción al mercado asiático de los robots Pepper, cuyas primeras 1 000 unidades estuvieron a la venta a mediados del 2015.
Los primeros 1 000 robots Pepper se agotaron apenas en el primer minuto de salir a la venta.
El autómata fue creado como un acompañante de las personas. Sus cámaras captan los gestos faciales de los usuarios, procesan expresiones de alegría, tristeza…, y a partir de eso crean diálogos para mejorar el estado de ánimo de la gente con la que interactúa.
Otro hecho que posicionó a este año como el de la inteligencia artificial fue que Google abrió al mundo su sistema TensorFlow, un almacén donde se guardan parte de las experiencias de la compañía en el momento de desarrollar aplicaciones.
Video: YouTube. Canal: Google.
Desde noviembre de este año, un desarrollador puede saber, entre otras cosas, cómo Google trabajó sus algoritmos para el reconocimiento de imágenes para crear, posteriormente, una ‘app’ más potente que la de compañía.
Al mismo tiempo, su experiencia es subida a la plataforma para que sea un precedente para otros usuarios. A la postre, se estaría alimentando a uno de los sistemas de inteligencia artificial colaborativa más potentes del futuro.