Los trabajadores cosechan la fruta de la palma aceitera en una finca de Viche (Quinindé), que luego será convertida en aceite por las extractoras. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Los trabajadores cosechan la fruta de la palma aceitera en una finca de Viche (Quinindé), que luego será convertida en aceite por las extractoras. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Los trabajadores cosechan la fruta de la palma aceitera en una finca de Viche (Quinindé), que luego será convertida en aceite por las extractoras. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Los trabajadores cosechan la fruta de la palma aceitera en una finca de Viche (Quinindé), que luego será convertida en aceite por las extractoras. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Los investigadores del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias desarrollan semillas de palma aceitera certificada; es decir, que son las adecuadas para sembrar. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Los investigadores del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias desarrollan semillas de palma aceitera certificada; es decir, que son las adecuadas para sembrar.
Los investigadores del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias desarrollan semillas de palma aceitera certificada; es decir, que son las adecuadas para sembrar. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Las plantaciones de palma africana de aceite en la parroquia Viche de Quinindé fueron eliminadas, luego de que se contagiaron con la enfermedad de la pudrición del cogollo. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO