Se utilizan distintos ejercicios y técnicas para ayudar a los niños que tienen hiperactividad en el centro Superar.
No tienen noción del tiempo, por eso no terminan las tareas que la profesora propone en clase. Tampoco mide las consecuencias ni los riesgos. Lo que llaman control inhibitorio, que es como un botón que les hace detenerse o seguir, no está regulado, así que se levanta de su puesto, interrumpe…
Esa es una forma de describir lo que vive un niño con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Ellos no logran enfocarse en la clase. Pero ese diagnóstico no lo puede hacer un maestro, por más años de experiencia que tenga. Esa es una tarea de psicólogos educativos, psicólogos clínicos, neuropsicólogos y neurólogos pediatras. Claro, necesitan también la visión de todos los docentes que trabajan con el estudiante.
¿Cuán común es el TDAH? 5% de infantes tiene ese trastorno y afecta más a los varones. Eso indica el Manual Diagnóstico de Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM- IV).
¿Qué pasa en Ecuador? El Ministerio de Educación registra 7 918 chicos con este trastorno en establecimientos públicos. Los niños tienen clases con sus grupos, pero les aplican adaptaciones curriculares. A los alumnos con necesidades educativas especiales, no asociadas a la discapacidad, les proporcionan psicoterapia.
Cristina Tapia, del Centro Terapéutico Voces, recomienda a los padres de familia acudir con sus hijos a los especialistas. Es la forma de confirmar o no la existencia de TDAH. Ella confirmó que, desgraciadamente, en algunos centros educativos se etiqueta a los niños con este trastorno como malcriados porque no pueden cumplir con las indicaciones que se les brinda.
En su consulta ha recibido a niños, que han sido señalados por sus profesores, por ello se vuelven ansiosos, sufren. En algunos casos, además de la terapia, se requiere tratamiento farmacológico.
El neurólogo Dennis López comentó que el cerebro humano actúa gracias a 35 neurotransmisores, que estimulan áreas como atención, aprendizaje, memoria, lenguaje, abstracción… Cuando un niño tiene el TDAH, la dopamina, la serotonina y la noradrenalina se producen como si se tratara de un yoyo, que sube y baja. Eso se regula con un medicamento. Aunque eso es aún debatido.
La neuropsicóloga Paloma Sotomayor aplica una evaluación que permite que la familia descarte otras dificultades. Mide control de impulsos, memoria, atención, organización, también coeficiente intelectual, pues en algunos casos el trastorno se confunde con sobredotación.