El fútbol presenta sorpresas de una semana a la otra. Equipos que ganan, golean y parecería que se recuperan y que se postulan como candidatos para ir a la final; también encontramos entrenadores y dirigentes que creen que tienen la razón en sus propuestas y planteamientos… Es la verdad absoluta de ellos ante el resto de la sociedad. Esas interacciones son comunes en estos días.
Pero los actores no se han dado cuenta que el torneo de esta edición es inferior al de años pasados. Ya es visible que volvimos a la época en la que solo dos provincias (Guayas y Pichincha) se postulan con tres y cuatro equipos como candidatos para ganar los campeonatos. En ese grupo están Emelec, Deportivo Quito, Barcelona y Liga de Quito -en ese orden-, más el outsider Independiente del Valle; después de esos vienen otros que se mantendrán en la mitad de la tabla y el tercer grupo que defenderá la categoría. Pero no habrá sorpresas.
La preocupación es el vaivén de Liga de Quito. Aún es un equipo frágil en sus planteamientos y estructura. Una semana sorprende y en la otra refleja su actual realidad. Ojalá que los refuerzos, por cierto de interesantes características, se puedan ajustar y levantar al plantel para beneficio de su fanaticada. El contraste es lo que pasa en el Quito, donde las irresponsabilidades de sus directivos empezaron a pasar factura. Ese club tiene la mejor plantilla del campeonato y un entrenador que ha mostrado liderazgo en las adversidades (Rubén Insúa).