El torneo va en el camino correcto

Siete goles en un partido evidencian una lucha incansable en una cancha, que los jugadores corrieron los 90 minutos, que los defensas cometieron muchos errores o que los delanteros estuvieron en su día.

O talvez que sus entrenadores no fueron mezquinos sino que se dedicaron a jugar sin perder ese norte que en el fútbol se llama espectáculo. Esto último fue lo que sucedió ayer en el estadio Atahualpa en el juego entre la Universidad Católica e Independiente del Valle. Dos equipos con estilos parecidos que, usualmente, no renuncian al ataque, son atrevidos en la ofensiva; mejor dicho audaces… Esas características se sostienen en las cualidades de sus entrenadores (Jorge Célico por la Católica y Pablo Repetto, por el club de Sangolquí).

Esas formas de jugar fútbol le hacen bien al Campeonato Ecuatoriano porque le dan una identidad y logran posicionarlo; estimulan a los futbolistas, pero especialmente, a los delanteros y mediocampistas para que pierdan el temor y así puedan llegar al arco rival.

El juego de ayer se pareció a otros similares que hicieron Liga, la misma Católica, Deportivo Quito, El Nacional, Aucas, Barcelona, Emelec… en épocas pasadas en la que la televisión aún no se posesionaba del fútbol.

Estos dos entrenadores (Célico y Repetto) dieron la pauta para que sus colegas también los emulen y dejen de lado la cicatería en sus juegos defensivos.

La jornada que terminó ayer mostró a futbolistas con ambiciones de superarse en este torneo. Armando Wila, Elvis Patta, Daniel Angulo, Édison Vega, Sebastián Blázquez… Aquí también entran los juveniles Hansen Batallas, Jefferson Intriago, de Liga de Quito.

Ojalá que estas actitudes y propuestas de parte de los futbolistas y entrenadores motiven el regreso de los aficionados a los estadios para que, además, los clubes puedan sostener sus campañas en este año.

Por ahora es atractivo ver a futbolistas volcados a la ofensiva, convencidos que pueden anotar. Ese propósito, mezclado con sus cualidades, irá formando a nuevos talentos y, sobre todo, alimentará a las selecciones juveniles y a la de mayores. Pero aquí es vital que los entrenadores se comprometan para darle continuidad a esos jugadores, atados con los propósitos de encontrar una regularidad en sus equipos.

Por ahora, el Campeonato va en el camino correcto

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