Más allá del éxito deportivo y mediático, el ATP 250 Ecuador Open Quito dejó varios mensajes que deberán ser procesados por la comunidad deportiva del país.
En el organizativo, Provalten e Imla, empresas de Ecuador y Colombia, cumplieron todos los protocolos exigidos por la ATP para garantizar un certamen serio y con beneficios colectivos, pese a que dos apagones les enseñaron a rodearse de proveedores excelentes.
Los detalles hacen el éxito y por ello en el tenis desde el advenimiento de la ATP (gremio de los tenistas profesionales del mundo) es vender un producto atractivo y que da réditos.
Los deportistas tienen obligaciones ineludibles. El top del torneo brinda ruedas de prensa después de cada partido. Promociona la imagen del país organizador con el recorrido de sitios turísticos, las exhibiciones que hace y la atención a medios y aficionados.
En los circuitos ATP no hay espacio para la improvisación. Todo se planifica con tiempos y espacios prudenciales.
Otra área vital son los servicios. Se buscó eficiencia, estética y seguridad. La prensa es respetada al máximo, sus pedidos atendidos en tiempos inmediatos. Pero a la vez los comunicadores respetan determinadas normativas, porque en definitiva la ATP entiende que sin la difusión de los medios sería imposible el éxito del tenis mundial.
No es necesario viajar al primer mundo del deporte.
Simplemente regresar a ver lo que hizo la organización del ATP 250 efectuado en Quito. Mirar cómo un club en menos de un año construyó un estadio para 4 000 personas con todas las comodidades. Nada más ni menos que eso.