Ámbar Flores actúa en el Rocafuerte de Guayaquil. En la Copa América tuvo un buen rendimiento. Foto: Joffre Flores / EL COMERCIO
Ámbar Torres se está acostumbrando a su aparición en los medios de comunicación. La 10 de la Selección femenina ganó notoriedad luego de su participación en la Copa América, que se hizo en el país.
Al inicio de la entrevista, contestaba las preguntas con timidez, pero luego ganó confianza y su expresión facial cambió. Una sonrisa acompañaba cada una de sus respuestas.
Ella desató el moño que agarraba su cabello, así la fotografía saldría mejor, llegó a decir. Esto es un reflejo de la joven de 19 años, que también se maquilla antes de los partidos.
En las redes sociales sus seguidores le han escrito piropos. También en los estadios que jugó la Copa América, los hinchas le lanzaban besos y algunos le pedían tomarse fotos.
Mientras dominaba el balón, la tarde del miércoles 1 de octubre, en una de las canchas del complejo del club al que pertenece -Rocafuerte- contaba que inició a jugar desde que tenía 8 años. Su papá, Omar Torres, que es entrenador de fútbol, le inculcó la disciplina.
Esa preparación le sirvió para ganar una beca deportiva en el Liceo Cristiano de Guayaquil, donde se graduó con honores. Actualmente está en el segundo semestre de nutrición en la Escuela Superior Politécnica del Litoral.
A los 12 años fue su primera convocatoria a la Selección de Ecuador y dos años más tarde participó en un torneo, en Brasil. Durante ese campeonato, jugó cinco minutos ante Uruguay, en ese corto tiempo marcó un gol de tiro libre.
Ahora es la que genera las jugadas ofensivas en la Selección mayor. Sus pases largos causaron más de un problema a sus rivales, durante la Copa. Está feliz por su rendimiento, pero quiere mejorar para sus próximas convocatorias.
Emelec es su pasión. Ella alienta a su equipo desde casa, cuando tiene tiempo va al estadio. Es admiradora de Fernando Gaibor y Juan Cazares; se identifica con el juego rápido e inteligente de estos futbolistas. A escala internacional, es fanática de Lionel Messi.
Sus estudios y entrenamientos le dan poco tiempo libre. Ella aprovecha la noche y los fines de semana para compartir con su familia y amigos.
Su hermana menor, Joyce Torres, es su confidente y mejor amiga. Ella la impulsa para que llegue a la Selección y en el futuro tenerla como compañera de fórmula. Joyce es delantera y también se entrena en el Rocafuerte.
En la Selección era del grupo de las bromistas. Junto a Ligia Moreira e Iliana Bowen se encargaban de molestar a sus compañeras dentro de la concentración.
La entrenadora ecuatoriana Vanessa Aráuz la regañó dos veces por eso.
El repechaje mundialista
Ámbar cree que el Sudamericano sirvió para que ella y sus compañeras tuvieran experiencia internacional. La clasificación a la repesca se dio gracias al trabajo que realizaron durante el mes que permanecieron en Quito.
El 15 de octubre se iniciará el torneo femenino de la Concacaf, en EE.UU. La Selección que se ubique en el cuarto lugar del campeonato se medirá a Ecuador en noviembre, por el cupo mundialista.
Ella considera que participar en un Mundial le abriría muchas puertas al balompié femenino ecuatoriano. Quiere llegar a la cita ecuménica y destacar para ganarse una beca en una universidad en el extranjero.
El partido de ida del repechaje con el representante de Norte, Centroamérica y el Caribe se jugará en el estadio Atahualpa, el 8 de noviembre próximo, a las 14:00. Ecuador jugará la revancha en condición de visitante, el 23 de ese mismo mes.
HOJA DE VIDA
Ámbar Torres Laz
Origen. Ámbar Torres Laz nació en Guayaquil el 21 de diciembre de 1994. Tiene 19 años.
Trayectoria. Fue seleccionada de Guayas en el 2011, se coronó bicampeona del torneo femenino ecuatoriano, con Rocafuerte, en el 2013 y 2014. Este año jugó el Sudamericano Sub 20 de Uruguay y la Copa América que se jugó en el país.