El jugador catalán Gerard Piqué durante el entrenamiento de la selección española. Foto: EFE
La selección española de fútbol inició hoy, 2 de octubre del 2017, su concentración con la misión de definir su clasificación para el Mundial de Rusia 2018, pero un hecho tan trascendente en el aspecto deportivo quedó en segundo plano porque el protagonista absoluto se llama Gerard Piqué.
En los debates deportivos, nadie habla hoy en España del camino del equipo nacional hacia el Mundial y del éxito que supondría para el combinado de Julen Lopetegui lograr el pase dentro de un grupo en el que también estaba Italia. Pero la crisis en Cataluña y una figura tan notable como la de Piqué, le robaron el foco.
El jugador del FC Barcelona, en pleno “shock” por los incidentes del referéndum catalán, estalló el domingo, 1 de octubre del 2017, entre lágrimas: “Si el míster o alguien de la federación creen que soy un problema, daré un paso a un lado y dejaré la selección antes de 2018″.
Pero no parece que Lopetegui quiera prescindir de Piqué, a tenor de lo que ha manifestado el viernes, cuando esquivó cualquier valoración sobre el supuesto independentismo del jugador del FC Barcelona para argumentar: “Se deja el alma en la selección y eso es lo único que me importa”.
Y tampoco es probable que se manifieste en sentido contrario una federación que tiene otros problemas internos más acuciantes que resolver. Por ejemplo, la de un presidente, Ángel Villar, investigado por corrupción, inhabilitado por el Gobierno español y que todavía no renunció a su cargo. Los que están, su viejo grupo de colaboradores durante tantos años, tampoco parecen estar para tomar decisiones tan importantes como la salida de un campeón mundial.
Así pues, el equipo tendrá que convivir con Piqué y todo el ruido que éste generó y generará durante la concentración y los dos partidos que le quedan, ante Albania e Israel. No hubo que esperar demasiado para comprobar esos efectos y Piqué fue saludado hoy con enormes abucheos de la hinchada española cuando saltó al campo para realizar el primer entrenamiento de la selección de Lopetegui.
“Piqué, cabrón, fuera de la selección” y “Piqué, España es tu nación”fueron algunos de los gritos contra el jugador del Barça. Tampoco escapó de los silbidos el propio Lopetegui por la convocatoria y defensa pública del polémico central. Lo siguiente será ver qué ocurre en el choque en el que España jugará en casa, en Alicante, y con previsión de nuevos y fuertes abucheos de quienes no le quieren en la selección española. No parece la forma más idónea de abordar una clasificación para el Mundial.
En el aspecto deportivo, Lopetegui se vio obligado a cambiar su hoja de ruta inicial por las bajas de Dani Carvajal, con un virus, más Álvaro Morata y Andrés Iniesta, ambos lesionados. De pronto se quedó sin tres titulares. Además, Sergio Busquets no podrá jugar ante Albania por sanción.
Ante esta perspectiva, al seleccionador español no le quedó otra que llamar a tres nuevos futbolistas: el veterano Aritz Aduriz, de 36 años, más los Álvaro Odriozola y Jonathan Viera, ambos debutantes en una concentración con el combinado nacional.
A Lopetegui le disgusta hablar de cuestiones que vayan más allá del fútbol y está claro que el viernes, cuando detalló la lista de convocados, en su mente sólo existía prepararse para el éxito de clasificarse para un Mundial en un grupo en el que estaba Italia y después de haber regenerado la ilusión en la hinchada española tras los últimos años de decepciones.
Pero, a su pesar, todo ello quedará en un segundo plano porque el gran protagonista de la concentración no será el fútbol, sino una personalidad tan acusada como la de Piqué y sus convicciones políticas.