Cuando Ecuador debutó en el Mundial de Alemania 2006, Reinaldo Rueda ya se puso la camiseta de la Selección por primera vez.
El 9 de junio, la Tri se enfrentó con Polonia en Gelsenkirchen. El ahora técnico de la Selección alentó a la Tri, durante el torneo, como un compatriota más, en las gradas. Sin imaginar que su futuro estaría atado a nuestro fútbol siguió los pasos de la Tricolor por simpatía y porque al mando estuvo su compatriota, Luis F. Suárez.
Durante la cita mundialista, Rueda residió en Alemania. Completaba su formación con cursos y talleres de fútbol. Ser un amante de la estrategia le motiva siempre a actualizar sus conocimientos.
Ecuador se había clasificado al Mundial tras destacarse en las eliminatorias. Esto, más la amistad con Suárez, lo animó a alentar al equipo ecuatoriano.
En su Imac Apple tiene una foto: alentando a la Tricolor contra los polacos. Ahí vistió por primera vez la prenda de Ecuador. El DT posa abrazado a un aficionado que conoció antes en Panamá.
Ese fue el primer acercamiento de Rueda con Ecuador. Los otros, cuando dirigió a los combinados juveniles de Colombia contra la Tri, desde la Sub 15 hasta la 23, entre 1990 y el 2003. Además, su esposa, Genith Ruano, es de Tumaco, puerto cercano a Esmeraldas.
El gusto por la dirección técnica lo atrapó desde joven. A los 18 años, estuvo al frente del equipo del barrio Belalcázar, llamado San Fernando, en Yumbo, a 20 minutos de Cali. Allí también jugó de zaguero central. Esa fue su primera experiencia como estratega y salió campeón. Ese mismo éxito lo vivió luego con la selección de Yumbo. Logró el título departamental contra potencias como Cali y Tuluá.
Las facetas de líder, motivador y docente son sus principales armas. Esto se nota en las concentraciones de la Tri, en donde suele ser muy didáctico cuando imparte sus conocimientos. Las charlas técnicas son precisas y claras, como refiere el jugador Renato Ibarra.
¿Por qué? Su madre, Orfa Cecilia Rivera, fue docente. De hecho, ella contribuyó en su educación. Su hermana menor, Rosa Virginia, es profesora de idiomas. Y su hermano Blas es piloto. Rueda también optó por la docencia, luego de graduarse en Educación Física en la Escuela Nacional del Deporte.
Esa vocación se aclaró cuando fue profesor de educación física en el colegio Coffandi, en Yumbo. Luego, el amor al fútbol le llevó a asumir el reto de estratega. Así, aceptó liderar a Honduras y lo clasificó por primera vez al Mundial (2010). Ahora, asumió llevar a Ecuador por tercera ocasión a otra cita y está a un paso de conseguirlo.
Aunque en el camino por poco bota la toalla. Uno de los principales motivos por los que aceptó el cargo en Ecuador fue la Copa América de Argentina 2011, pero terminó en fracaso para la Tri al ser eliminada en primera fase.
“Bueno ‘Presi’, usted decida”, dijo Rueda al titular de la Ecuafútbol, Luis Chiriboga, en el camerino tras el último partido de Ecuador. “Usted qué opina”, replicó el Directivo. “Yo deseo continuar”, continuó el DT. Y Chiriboga sentenció: “Entonces sigamos con el proceso. Tiene mi respaldo”.
Alexis Mendoza, su asistente, admitió que ese suceso y los meses posteriores fueron duros para Rueda; su equipo de trabajo y sus familias. Pasaron un mes entero sin salir de casa, solo para lo necesario (trabajar y para algún trámite).
La perseverancia que hoy muestra el entrenador tiene un origen. Fue su madre quien le motivó cuando lo hizo repetir un año de colegio. Su progenitora no recuerda el curso con exactitud, pero ella no olvida cuando los profesores de bachillerato ofrecieron ayuda con trabajos de recuperación y pruebas adicionales.
Rueda descuidó los estudios por involucrarse mucho en el fútbol. Por ello, doña Orfa rechazó la ayuda y sentenció: “Que repita el año. Tiene que aprender a ser responsable y disciplinado”. Así fue. Ese hecho cambió su vida, convirtiéndose en buen estudiante, aunque él se calificó de “regularcito”.
Con su hermana Virginia pasó otras pruebas. Ella sonríe al recordar anécdotas. “Mamá le decía cuando salíamos: Usted me responde por la niña. Yo llegaba a veces lastimada porque me caía, y a él le pegaba”.
Su padre, Blas Antonio Rueda, era transportista y por eso el hijo transitó por cinco colegios, entre ellos el San José Barrancabermeja, hasta cuando se graduó. En esta última etapa fueron claves 10 compañeros; con ellos formó un grupo de trabajo que se reunía cada 15 días para estudiar. Todos son profesionales. Esa etapa de su vida le enseñó a ser planificador.
Los mismos docentes le recomendaron que estudiara Medicina, porque el promedio de notas que obtuvo al final del año fue alto. Pero él estuvo convencido que su camino era el fútbol.
Esos valores pregona hoy a sus pupilos con sus colaboradores (Mendoza, Carlos Velasco, preparador físico; Pedro Zape, preparador de arqueros). Motiva a los jugadores con la idea de progreso y esfuerzo. Ellos se refieren a él como ‘El maestro’.
Un personaje central en la vida de Rueda fue el chileno-alemán Albert Miethe. Fue su tutor de tesis de grado, de entrenador, en 1980.
Le enseñó a planificar, analizar y valorar rivales. Le dictó la cátedra de Teoría del Entrenamiento. Y aseguró que Rueda sería un DT exitoso en 10 años. Esa predicción se cumplió 20 años después, cuando empezó a cosechar triunfos con las selecciones menores de Colombia que lo impulsaron al combinado mayor (2004).
La otra faceta de Rueda es la de comunicador. No reniega de los periodistas ni hace desplantes. Él es su propio relacionador público. Y los entiende porque sus hijas, Alejandra (23 años) y Carolina (19) estudian Comunicación Social en Canadá. La mayor sacará el título este 10 de junio y está más pendiente de los pasos de su padre y de la Selección.
Rueda recibió a este Diario en la oficina principal de la Casa de la Selección. Está adornada con los escudos en vidrio de los 12 clubes de la Serie A. También tiene en cerámica los uniformes de la Tri desde 1938 hasta la actualidad.
En su BlackBerry tiene una foto de sus hijas luciendo la camiseta de Ecuador. La menor recién empezó la carrera de Comunicación, pero con mención en Publicidad.
Juan David (15 años), su último hijo, es otro pilar. Vive en Quito junto al entrenador y a Gineth de Rueda, en Miraflores, Cumbayá.
Esa cercanía de Quito con Cali (una hora y 30 minutos en avión) fue el segundo factor para que Rueda aceptara venir a Ecuador.
Residir con la esposa le permite degustar la comida de su país y la cultura ecuatoriana se asemeja mucho a la colombiana. Se siente como en casa.
La devoción es otro aspecto que marcó el camino del DT. Su madre le enseñó a rezar al levantarse y al acostarse. El Señor de los Milagros es su principal guía espiritual, aunque también le gusta encomendarse a María Auxiliadora y a la Virgen de Guadalupe. En sus manos deja sus proyectos.
Así se formó el técnico que dirigió con éxito a Honduras en su primer Mundial y que hoy guía a Ecuador. Es la parte de la historia que pocos saben de este estratega que, incluso, trabajó limpiando baños en una discoteca y cuidando ancianos en Alemania, para avanzar en su formación como entrenador en ese país europeo.
Su familia es de clase media, lo que lo obligó a conseguir diversos empleos para financiar la carrera.
Quizá su gran defecto es no ser mediático como lo fueron sus antecesores, Francisco Maturana, Hernán Gómez y Luis Suárez. No es de aquellos entrenadores que ofrecen éxitos o títulos, pero es planificador y fiel a su metodología; si por él fuera no andaría por radios, canales, periódicos… Su meta es ponerse otra vez la camiseta de la Tri, pero ahora como DT en un Mundial.
- El costo familiar de ser entrenador
‘El ‘profe’ no llama a los jugadores por su apodo. Los trata con sus nombres y con respeto”. Héctor Fabio Abadía abre así la lata de los recuerdos que guarda sobre Reinaldo Rueda (Cali, 1957).
El utilero de la Selección colombiana, un puesto que ocupa desde 1999, rememora que tampoco a él le llamó alguna vez ‘Amaral’. Un mote que le impuso Freddy Rincón, uno de los ex astros del balompié cafetero, por su parecido con el mediocampista brasileño que integró el ‘Catch’.
“El profesor Reinaldo era muy amigo de Miguel Calero (exgolero colombiano que falleció el año pasado), porque lo tuvo desde muy chico”.
La relación respetuosa con los futbolistas y colaboradores ha replicado en el trato con los medios de comunicación, según confirma Eliécer Ballén Díaz. El periodista del canal deportivo colombiano Versus asegura que conoce el porqué de la afinidad con la prensa. “Es muy formal porque su hija mayor estudia periodismo en Canadá”.
Alejandra Rueda, de 23 años, está por culminar su carrera en la Universidad Ryerson de Toronto . Se graduará el 10 de junio. Esta vez, como en otras, no estará su padre, se lamenta. Él estará concentrado en la doble fecha por las eliminatorias al Mundial de Brasil 2014, que Ecuador disputará contra el Perú, el día 7 en Lima, y frente a la Argentina, el 11 en Quito. Tampoco estuvo en su primera comunión. Se hallaba a cargo del seleccionado juvenil de Colombia, que participó en el Torneo Esperanzas de Toulón, en Francia. También faltó en la de su hermana Carolina, ahora de 19 años y que también estudia en Canadá. La ausencia en los eventos familiares de importancia es uno de los ‘precios’ que un DT debe pagar.
Un ‘precio’ que se compensa con los triunfos, señala. “Todas las victorias son motivo de satisfacción, no solo para él, sino para toda la familia. Con una derrota, sufrimos todos”, dice la joven.
Su primer entrevistado fue el actual estratega de Ecuador, quien posee una Licenciatura en Educación Física y un posgrado en la Universidad de Colonia, Alemania.
Victorias y reveses. Jenny Gámez, editora de Deportes del rotativo bogotano ADN, dice que lo sacaron de la manera más injusta de la dirección técnica de la Selección de Colombia. Fue separado tras el fracaso en las eliminatorias al Mundial Alemania, a pesar de que levantó el equipo, que empezó mal el ciclo con otros directores técnicos.