El suizo Roger Federer dio una verdadera clase de tenis para avanzar a los cuartos de final del Abierto de Australia, instancia a la que llegó sufriendo el español Rafael Nadal en un día que vio despedirse antes de tiempo a la rusa María Sharapova.
Número seis del mundo, Federer se impuso ayer, lunes 20 de enero con parciales de 6-2, 7-5 y 6-4 al francés Jo-Wilfried Tsonga en apenas una hora y 52 minutos, en un partido en el que jugó a un nivel y con una consistencia que hacía tiempo no se le veían en un choque de esa exigencia.
“Pude jugar mi juego, ser ofensivo, combinarlo, ir a la red… Sí, estoy sorprendido de lo bien que me funcionaron las cosas”, admitió el exnúmero uno del mundo y cuatro veces campeón del torneo.
Federer se medirá mañana, martes 21 de enero, al británico Andy Murray por un lugar en semifinales. El escocés se impuso al francés Stephane Robert con parciales de 6-1, 6-2, 6-7 (6-8) y 6-2.
Federer hizo prácticamente todo bien: su saque funcionó a la perfección, su derecha fue profunda y agresiva, su revés le dio puntos notables y la red lo vio con mucha frecuencia cerrando intercambios con voleas terminantes.
“Este golpe tiene mucho que ver con la nueva raqueta”, dijo Jim Courier, extenista número uno del mundo y comentarista para el Channel 7 australiano, cuando Federer devolvió un saque de Tsonga con un revés invertido perfecto.
“Sí, creo que tengo más facilidad para tiros más potentes con esta nueva raqueta, y creo que me está ayudando también en la devolución. Ojalá sea así”, analizó el suizo.
Federer, que se movió con agilidad y confianza en todo momento, subió a la red con más frecuencia de lo habitual y definió allí con una sencillez y contundencia que eran marca del sueco en sus grandes años de jugador dos décadas atrás.
Un par de horas antes el Rod Laver Arena vio sufrir como nunca en el torneo a Nadal. El número uno del mundo se impuso con parciales de 7-6 (7-3), 7-5 y 7-6 (7-3) al japonés Kei Nishikori, 17 del escalafón mundial, y se medirá al búlgaro Grigor Dimitrov, que frenó al español Roberto Bautista Agut con parciales de 6-3, 3-6, 6-2 y 6-4.
Con un juego agresivo desde el fondo, sorpresivos y secos ángulos cortos de derecha y revés y la decisión inclaudicable de correr tanto o más que su rival, Nishikori puso en aprietos a Nadal durante las tres horas y 17 minutos de juego.
“Tuve que correr mucho”, admitió el español, que discutió con la jueza de silla, jugó con una protección en la mano izquierda debido a una ampolla y salió corriendo del estadio rumbo al vestuario por la rotura de los cordones de su zapatilla derecha.
“Si juego sin protección me la voy a destrozar”, dijo Nadal sobre su mano.
Dimitrov, el próximo rival de Nadal, está viviendo el mejor torneo de su vida, ya que es la primera vez que un jugador búlgaro llega a los cuartos de final de un Grand Slam.
Mientras su novia, Sharapova, se fue eliminada antes de tiempo, Dimitrov construyó su historia maravillando con ese revés a una mano que de a poco vuelve a verse en el circuito.
“Estoy muy feliz de estar en cuartos, pero ni cerca de estar satisfecho”, dijo, ambicioso, el búlgaro de 22 años.
Ya no jugará en cambio Sharapova, número tres del mundo, que perdió por 3-6, 6-4 y 6-1 ante la eslovaca Dominika Cibulková, 24 del escalafón mundial.
“Lo más importante fue que entré a la cancha creyendo al cien por ciento que podía ganar este partido. Perdí el primer set, pero no me dejé caer”, dijo la eslovaca tras su éxito en el Rod Laver Arena, el principal escenario del torneo.
Un día antes el mismo estadio vio caer a la número uno del mundo, la estadounidense Serena Williams, a manos de la serbia Ana Ivanovic. Cibulková se medirá a la rumana Simona Halep, vencedora de la serbia Jelena Jankovic, 6-4, 2-6 y 6-0.
Sharapova, que evidenció molestias en la cadera, se tomó la derrota con cierta acidez.