El FIFAgate descubrió los turbios procedimientos con los que operaban los funcionarios de las confederaciones. Las coimas que pedían a cambio de aprobar contratos con las empresas que manejaban los derechos de TV, marketing y comercialización del fútbol.
Esta es la oportunidad para que en Ecuador también se revise el contrato de la empresa Full Play con la Ecuafútbol, por los partidos de la Selección. Esa firma es propiedad de Hugo y Mariano Jinkis, acusados por la Fiscalía de Estados Unidos, de pagar los sobornos.
Los Jinkis pagaron USD 9,2 millones en el primer contrato (1998-2002), cuando la Tri aún no iba a un Mundial. Pero en los siguientes años, esa cifra no llegó ni a los USD 5 millones, argumentando la Ecuafútbol que las compañías de la región habían disminuido los precios de los derechos de TV.
Curiosamente, cuando la Fiscalía de EE.UU. acusó a Full Play, Traffic y Torneos y Competencias, Hugo Mora, tesorero de la FEF, anunció que iban a recibir USD 9 millones en la eliminatoria de Rusia. Por eso es ineludible que se haga público el contrato de los derechos de TV y comercialización de la Tricolor.
Para eso, son los directivos de clubes y asociaciones que están en la obligación de exigir cuentas y transparencia. Y el espacio ideal es el Congreso de Fútbol, que será en enero. El silencio y la omisión, solo los hará partícipes del bochornoso FIFAgate.