La apuesta de Renault por cambiar el rostro de todos sus vehículos continúa. Hasta el momento, ya habían mostrado sus renovadas líneas y la nueva tecnología en el frontal los modelos Clio y Captur.
Pero llegó el momento de modificar a otro miembro de la familia francesa, el Mégane. Este vehículo recibió el ‘lavado de cara’ previsto y fue presentado en Europa, la semana pasada.
La principal novedad en su flamante aspecto pasa por la integración del logo de la firma, el gran rombo, en el centro de la parrilla.
Tanto los paragolpes como los faros con tecnología LED son de nueva factura siguiendo la actual tendencia de diseño.
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Además, los clientes también podrán elegir entre la renovada oferta de llantas de aluminio. Todas las opciones cuentan con diseños nuevos y futuristas. La tapicería también podrá ser escogida de acuerdo al gusto de cada persona.
En los mercados que se comercializa este modelo, como el español, Renault decidió reducir las versiones del vehículo de acuerdo a tres niveles de acabado: el Life, el GT Style y el Bose.
El primero es el más básico y tiene como equipamiento de serie frenos ABS, aire acondicionado, faros antiniebla, radio MP3 con USB y Bluetooth, regulador/limitador de velocidad y asiento del conductor regulable en altura, entre otros elementos.
Por su parte, el GT Style suma a todo lo anterior aros de aluminio de 16 pulgadas, denominados ‘dark metal’. Las luces antiniebla de la versión anterior son reemplazadas por faros LED.
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También integra climatizador automático bizona, sensores de lluvia y luz, volante de cuero, sensor de aparcamiento trasero, retrovisores eléctricos y asiento del conductor con ajuste lumbar para mayor comodidad.
Finalmente, la versión Bose es la más equipada y toma el nombre del equipo de música que posee. Los aros de aluminio son de 17 pulgadas, también suma un navegador TomTom integrado, luces diurnas LED y antiniebla, vidrios polarizados, palanca de cambios en cuero y asiento de pasajero regulable.
La marca también modificó la oferta de motores con dos nuevas opciones. La primera tiene un propulsor a diésel de 95 HP y 240 Nm que se combina con una caja de cambios manual de seis marchas.
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En relación con su predecesor este motor tiene 5 HP y 40 Nm más. Su consumo promedio es de 4,1 litros por cada 100 km recorridos.
La otra opción con la que se puede equipar es un propulsor de gasolina con cambio automático de doble embrague. Tiene la capacidad para desarrollar una potencia de 132 HP a 5 500 revoluciones por minuto y un torque de 205 Nm.
Esta alternativa cuenta con el sistema Stop & Start que ofrece un consumo promedio de 5,6 litros cada 100 km. De esta forma, Renault continúa con la renovación de sus vehículos procurando mantener su estilo clásico que lo afianza como un modelo puramente francés.
Fuente: www.motorpasion.com