Dos regiones de Ecuador forjaron el talento ciclístico presente en grandes vueltas como Richard Carapaz

El ecuatoriano Richad Carapaz competirá en la Vuelta a España desde este martes  20 de octubre. Tomado de Twitter

El ecuatoriano Richad Carapaz competirá en la Vuelta a España desde este martes 20 de octubre. Tomado de Twitter

El ecuatoriano Richad Carapaz competirá en la Vuelta a España desde este martes 20 de octubre. Tomado de Twitter

Dos provincias de Ecuador, la andina de Carchi, y la amazónica de Sucumbíos, forjaron el talento ciclístico que hoy compite en las grandes carreras de Europa, como la Vuelta a España, en la que participarán desde este martes 20 de octubre Richard Carapaz y Jefferson Cepeda.

En el equipo británico Ineos, Carapaz viene de hacer un destacado papel en el Tour de Francia y correrá por tercera ocasión la Vuelta, que arranca el martes en Irún (norte de España) en su 75 edición. La locomotora del Carchi, de 27 años, figura entre los favoritos en una competición en la que se medirá con cinco figuras que ganaron al menos una de las tres grandes vueltas.

Se perfilan con mayores posibilidades el esloveno Primoz Roglic, que buscará resarcirse del varapalo que sufrió en el Tour a manos de su compatriota Tadej Pogacar (UAE Emirates), además de su compañero de equipo, el holandés Tom Dumoulin (Jumbo Visma).

El otro ecuatoriano en la Vuelta será Jefferson Cepeda, 24 años y de Sucumbíos, que competirá con el español Caja Rural-Seguros RGA, en la primera gran vuelta de su carrera.

Con la cantera formada en las dos provincias colindantes que limitan entre sí por los Andes, Ecuador hace historia este año ya que por primera vez tiene representación en las tres grandes citas del ciclismo. Aunque no lo había previsto, Carapaz compitió este año en el Tour donde protagonizó una brillante etapa llegando segundo a meta en la decimosexta etapa y cosechando el premio al más combativo.

Los ecuatorianos Jonathan Caicedo, Jhonatan Narváez y Alexander Cepeda, optaron por disputar el Giro de Italia, que hasta ahora se salda con dos etapas ganadas por los tocayos, aunque el último haya tenido que abandonar el domingo tras una caída en la decimoquinta etapa.
Caicedo del Carchi, y Narváez y Cepeda, de Sucumbíos, reflejan también esa denominación de origen del ciclismo tricolor.

Si hay que buscar un punto en común de esta generación de ciclistas curtidos en las sinuosas carreteras de la cordillera andina y eternas precipitaciones, esa es la escuela "El Playón", en la provincia de Sucumbíos, fronteriza con Colombia. Su rectora Yomaira Mejía, recuerda a todos y cada uno de sus ilustres alumnos, desde Carapaz a Narváez, además de los primos Alexander y Jefferson Cepeda.

De ellos destaca su pasión por las dos ruedas y rememora las dificultades que tenían algunos para trasladarse al centro educativo, como Richard Carapaz
"No había transporte escolar y muchos venían a pie o en bicicleta y posteriormente en una camioneta de un docente que les cobraba diez centavitos", explica tras mostrar los registros con las fotografías de aquellos niños al inicio de su adolescencia, y una humilde aula con sillas pupitre pintadas de amarillo.

Cuando los chicos tenían alrededor de 15 años se acercaba a esta unidad educativa el hoy difunto entrenador Juan Carlos Rosero en busca de talentos. La mayoría de los hoy competidores asistieron luego a la escuela de ciclismo de la Prefectura de Carchi "Coraje Carchense", aunque Narváez es un verso suelto pues se formó por su cuenta.

Tanto Carchi, también fronteriza con Colombia, como Sucumbíos, son regiones dedicadas mayormente a la agricultura y ganadería, donde abundan los lecheros que aún reparten y recogen sus recipientes metálicos, y el ciclismo se mama desde la infancia.

Edison Huera, hace las veces de mecánico y entrenador en una pequeña escuela de ciclistas en El Playón, decorada con un gran cartel con la imagen de los ídolos juveniles sobre la leyenda "Donde se forman campeones".
La mayoría de los 22 estudiantes proceden de hogares humildes que, gracias a los nombres que ahora resuenan en las competencias europeas, buscan emularles.

"Mis padres me dicen que siga, que debo luchar por mi sueño de ganar alguna etapa", afirma Dora Cucaz, una de las alumnas. Manuel Narváez, de 65 años y padre de Jhonatan Narváez, que el pasado jueves ganó la duodécima etapa del Giro, menciona el enorme sacrificio para muchas de las familias de estos corredores.

"Se han alimentado de sus padres con las palabras más que la economía: Un "déle mijo (sic), con un buen grito", afirma el progenitor al aclarar que en muchos casos no tenían ni para regresar a casa después de las competiciones y tocaba hacer autostop.

El padre recuerda el episodio ocurrido en noviembre de 2017, cuando el Comité Olímpico Ecuatoriano separó de la concentración en los Juegos Bolivarianos en Santa Marta (Colombia) a Carapaz, Narváez y Caicedo, integrantes del equipo de ciclismo de ruta, por haber consumido alcohol, al parecer unas cervezas en una comida.

En la actualidad los tres tienen su nombre en el palmarés del Giro, Carapaz una escuela de alto rendimiento y Caicedo acaba de firmar un convenio con la Prefectura de Carchi para crear un nuevo semillero de una disciplina que sigue cosechando adeptos en Ecuado

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