Pilahuín cuenta con un boxeador indígena
Lenin Caiza prueba un par de guantes en el gimnasio de la Federación Deportiva de Tungurahua. El deportista nació en el centro de Pilahuín pero migró a Quito cuando era niño. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.
Lenin Caiza se considera el primer boxeador profesional de la parroquia rural de Piluahuín, en Ambato.
El indígena, de contextura delgada, piel morena, pelo corto y gruesas manos, fue presentando en el gimnasio de boxeo de la Federación Deportiva de Tungurahua (FDT) el pasado viernes 22 de junio del 2018.
Vestía un impecable pantalón blanco, camisa de mangas largas y un poncho rojo con líneas azules, verdes y amarillas. El tradicional atuendo pertenece a uno de los cuatro pueblos de Tungurahua y eso llamó la atención de los pequeños boxeadores ambateños.
Los menores se reunieron alrededor del boxeador Caiza y comenzaron a indagar sobre su trayectoria. Los niños y adolescentes se admiraron al enterarse que el pugilista debutó como profesional en el coliseo Luis Leoro Franco, ubicado en el centro de la ciudad de Ibarra.
En la capital de Imbabura se enfrentó a Cristian ‘León blanco’ Tibán en cuatro asaltos, el pasado nueve de junio. El debut quedó registrado en videos de los celulares de sus familiares y amigos que lo alentaron desde los graderíos del tradicional coliseo ibarreño.
Ellos publicaron la contienda solidaria en sus cuentas personales de la red social Facebook. Allí se observa al ‘Elegante’, como lo apodaron a Caiza moverse en el cuadrilátero con rapidez y esquivar los golpes de su contrincante, para después contraatacar con precisión y firmeza.
Al final de la contienda los jueces dictaminaron por unanimidad un empate entre los peleadores de la categoría mosca de 51 kilos.
“Dimos un bonito espectáculo y me atrevo a decir que gané la contienda ese día por los golpes que le di a mi adversario. Al final los jueces tomaron una decisión y la acepto”, indicó Caiza.
La conversación se interrumpió cuando los entrenadores de la Federación abrieron el gimnasio, instalado en uno de los espacios del estadio Bellavista.
Los boxeadores acudieron a los casilleros metálicos a cambiarse y a dejar sus pequeñas maletas. En el interior de los bolsos había vendas, camisetas, zapatillas, pantalonetas cortas y botellas con agua. “Muevan niños, que debemos calentar”, gritó uno de los entrenadores al escuchar las risas de los pequeños.
El sitio de entrenamiento es amplio, las paredes tienen matices grises, verdes y rojos, hay espejos, bolsas con arena, llantas y aparatos de boxeo. Son más de 30 hombres y 10 mujeres que saltan, lanzan sus puños a las bolsas de boxeo.
La mayoría de chicos que entrena en la FDT es de barrios populares de Ambato donde los padres trabajan en fábricas, instituciones financieras, públicas y mercados.
Precisamente los progenitores de Caiza comercializan legumbres, hortalizas y frutas de la Sierra en los mercados de Quito. El pugilista contó que el negocio provocó que emigraran junto a sus padres a la capital cuando él tenía ocho años.
Junto a su hermano Paúl ayudan a sus padres a cargar o descargar las cajas, costales y atados con los productos desde los camiones. Además de acompañarles en los viajes a los centros de expendio de Ambato, Pelileo, Latacunga y otras urbes por los productos.
“Mi tío tenía guardado un par de guantes de boxeo en uno de los cajones de su clóset. Los tomamos y nos pusimos a jugar en la casa”, recordó Paúl.
El ‘Elegante’ Caiza comenzó a entrenarse desde los 15 años en los gimnasios del sur de Quito. Su primer mentor fue el exboxeador Béber Espinoza. El corpulento pugilista fue campeón nacional, mundial y se clasificó a los Juegos Olímpicos de Atenas (1996) y Sídney (2000).
Al momento lo entrena el excampeón interamericano y sudamericano César ‘Maravilla’ Singo. El experimento boxeador lo entrena en el gimnasio Quito Sur en la noche. En horas de la mañana ayuda a sus padres en la venta en el mercado y sus estudios.
“El profesor (César) Singo me recalca que la disciplina, resistencia física y perseverancia lograron mi debut profesional. Estoy feliz y espero mi próxima pelea”, aseguró Caiza. El pugilista indígena se encuentra buscando apoyo económico de instituciones financieras de Tungurahua, Pichincha o Cotopaxi.
El dinero será invertido en vitaminas, indumentaria deportiva y otros gastos para su preparación.