Perea garantiza un combate al estilo de ‘Dragon Ball Z’

Ytalo Perea se entrena en el gimnasio Been on Time, en la ciudadela La Atarazana, en el norte de Guayaquil.

Ytalo Perea se entrena en el gimnasio Been on Time, en la ciudadela La Atarazana, en el norte de Guayaquil.

Ytalo Perea se entrena en el gimnasio Been on Time, en la ciudadela La Atarazana, en el norte de Guayaquil. Foto: Jofre Flores/El Comercio

Esta noche Ytalo Perea vuelve a pelear en Guayaquil, luego de 32 meses. El deportista esmeraldeño organizó una cartelera boxística que se inicia a las 19:00, en el coliseo River Oeste, que se ubica al suroeste de la ciudad.

La última vez que se subió a un ring en el país fue el 26 de abril del 2014, cuando se midió al veterano Oswaldo Sánchez. En esa ocasión, Perea se impuso por KO, en el arranque del segundo asalto.

Perea está en Ecuador desde inicios de mes. El peleador de 23 años se entrena en Estados Unidos generalmente, donde pasó los últimos cuatro meses. Cuenta que hasta el momento tuvo altibajos en los dos años que suma en el profesionalismo. Cuando está en territorio norteamericano se entrena en un gimnasio particular en Brooklyn, con el entrenador puertorriqueño Tito Bracero.

“No he peleado tanto como quisiera, hubo peleas firmadas que se cayeron a última hora. Tuve problemas con mis representantes y ahora soy independiente”, contó el deportista que en los últimos dos años solo sumó tres combates.

Su última pelea fue en abril de este año, en Pensylvania, contra Joey Dawejko, que era candidato a disputar el título mundial de los pesos pesados del Consejo Mundial de Boxeo. Perea lo derrotó en ocho asaltos y lo dejó fuera de la carrera por el cinturón.

Es uno de los logros que resalta el peleador, que tras una exitosa carrera amateur –dos juegos olímpicos y una medalla panamericana- se dedicó al profesionalismo. “Quiero ser el primer campeón mundial ecuatoriano”, dijo.

Durante su estancia en Guayaquil se entrena en el gimnasio de Zayda Molina y Raúl Noriega, en el norte de la ciudad. Su profesor actual es el exboxeador Segundo Mercado, quien fue retador a dos títulos internacionales.

Perea está contento de contar con Mercado como entrenador. Él sabe que la experiencia del expugilista le ayudará a mejorar su técnica. Confía en su gancho y en la potencia de su mano derecha.

Él protagonizará la pelea de fondo de esta noche. Como rival tendrá a Jean Carlos Mina, que suma cuatro combates en el profesionalismo con récord perfecto. Lo conoce bien, porque fue este quien lo reemplazó en el ciclo olímpico, tras su retiro del amateurismo a inicios del 2014.

“Va a ser una pelea como las de Dragon Ball Z, saldrán chispas del cuadrilátero”, mencionó el boxeador con una sonrisa en el rostro. Perea es aficionado de la serie japonesa y la pone como referencia en casi todas las conversaciones que sostiene con amigos, familiares, periodistas...

En la cartelera nacional están incluidos otros boxeadores nacionales como Wellington Watle, José Angulo, además de otras tres peleas amateur. Según Perea, la intención es revivir el interés en este deporte dentro de la comunidad guayaquileña.

Junto al presidente de la Federación Ecuatoriana de Boxeo, Álex González, analiza la posibilidad de volver al amateurismo. Uno de sus objetivos es ganar una medalla olímpica. Por ahora su cambio de condición es una aspiración que no se ha concretado.

El presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), Augusto Morán, conversó con él a inicios de año y le propuso realizar la solicitud formal de su regreso al olimpismo, ante los entes internacionales pertinentes. Él ya estuvo en los Juegos Olímpicos de Londres.

“Mi primer objetivo es obtener un campeonato mundial como profesional, pero si puedo volver al olimpismo sería una gran alegría. Me gustaría colgarme una medalla a esa escala”, contó el boxeador.

Pensar en su familia lo aleja de las tensiones del combate de hoy. Se entrena por tres horas diarias y su tiempo libre lo pasa con sus seres queridos.

El púgil tiene una hija de tres años, que ‘le saca canas verdes’, debido a su astucia y suspicacia, cuenta entre risas. “Me reclama cuando viajo, me pregunta de todo y eso me encanta”, contó. Su hija se llama Velentina y el próximo año ingresará a estudiar.

En febrero nacerá su segundo hijo. Debido a su entrenamiento, no estará presente para la llegada de su vástago. Es de las pocas cosas que le molestan de la vida deportiva. Uno de sus pasatiempos actuales es buscar el nombre de su hijo. Quiere ponerle Joandry, pero su esposa está en desacuerdo con la decisión. Ella quiere un nombre más común para el pequeño.

Según él incentivará a su hijo para que sea deportista, independientemente de la disciplina que elija.

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