Patricia Guerrero sigue la huella de la subcampeona mundial

Patricia Guerrero se entrena en la piscina olímpica de Cuenca, junto a otros medallistas internacionales de natación.

Patricia Guerrero se entrena en la piscina olímpica de Cuenca, junto a otros medallistas internacionales de natación.

Patricia Guerrero se entrena en la piscina olímpica de Cuenca, junto a otros medallistas internacionales de natación. Foto: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO

Una experiencia única e inolvidable. Así define, Patricia Guerrero, su participación en el Mundial Absoluto de Natación que se cumple en Budapest, Hungría. Anteayer, en la prueba de 5 kilómetros, se ubicó 51 entre 60 competidoras.

Con 16 años se convirtió en la segunda nadadora más joven del Mundial, superada por la eslovaca Nikola Kovácová, de 15 años. En la competencia intervinieron medallistas olímpicas y mundiales, incluida la ecuatoriana Samantha Arévalo (terminó 15), reciente subcampeona mundial en 10 km.

Por su inexperiencia, Guerrero cometió errores en su estreno mundialista como nadadora élite. Salió con el pelotón hasta los primeros 2 000 metros, pero “recibí un fuerte golpe, tuve que arreglarme la gorra y las gafas, y allí perdí posiciones”. La prueba se desarrolló en un circuito de 2, 5 km, en el lago Balatón.

La mejor nadadora juvenil de aguas abiertas del país está convencida que, en sus futuros mundiales, la situación será diferente. “Me faltó una mejor orientación en el lago, nadé en zigzag y allí perdí puestos”. La temperatura del agua promedió los 23 grados centígrados.

Guerrero cumplió uno de sus sueños: competir junto a Arévalo, a quien admira por su tenacidad y porque dejó hasta su familia (en Macas) por buscar la superación en el deporte. “Tuve el privilegio de verla ganar la medalla de plata, tras un remate espectacular”, contó desde Hungría.

Su reto es seguir la huella trazada por Arévalo, quien fue novena en los Juegos Olímpicos del 2016 en Brasil. Pero, está consciente que llegar a su nivel no será fácil, porque es fruto de un proceso de dos ciclos olímpicos. “De por medio está mucho esfuerzo y sacrificio, es un ejemplo”.

El año pasado debutó en el Mundial Juvenil de Aguas Abiertas, en Hoorn, Holanda. Allí, en la división 14-15 años, se ubicó 12 entre 30 participantes. Asistió después de conseguir dos medallas de plata en la Copa del Pacífico, en la distancia de 3 km, entre 2015 y 2016.

Incursionó en la natación a los 10 años, por iniciativa de sus padres que la inscribieron en una colonia vacacional. Practicó un mes y no volvió a la piscina sino a los 12 años, cuando empezó a prepararse sistemáticamente con David Martínez (cubano) y luego con Rafael Maldonado.

La nadadora recordó que, a partir del 2013 empezó a ser considerada en las selecciones de Azuay. A mediados del 2015, recién se estrenó en aguas abiertas, con una competencia en Salinas. Allí clasificó a la Copa del Pacífico y ese mismo año ganó su primera medalla de plata internacional.

El año pasado logró la presea de oro en relevos 4 x 1 250, con David Farinango, Andrés Fuentes e Ibeth Toral. En la misma prueba, modalidad mixta, fue campeona sudamericana con José Vásconez, Said Flores y Lesly Cabezas.

Según David Martínez, Patricia es una de las nadadoras juveniles de aguas abiertas con mayor proyección internacional. “Le falta un poco más de convencimiento de sus capacidades, su futuro depende solo de ella”. Él la entrenó en las dos últimas semanas ante la ausencia de Maldonado, quien está con permiso médico.

Su meta a largo plazo es clasificar a unos Juegos Olímpicos. Ella se lamenta que no haya la prueba de aguas abiertas para los Juegos Olímpicos de la Juventud del 2018 en Argentina. “Hubiese sido un excelente parámetro para mi futuro”.

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