El australiano Scott Keach se cayó de su caballo en plena competencia de prueba individual de equitación.Foto: AFP
Los diferentes escenarios de competencia han sido también espacios para los errores y para las risas; algunas más crueles, otras ¿justificadas? Además, el circo mediático se encargó de viralizar momentos que dispararon más de un gesto de sorpresa, de culpa o de vergüenza ajena.
Es algo a lo que los atletas deberán acostumbrarse, ahora que son celebridades y nada pasa desapercibido para las lentes y la exposición en redes.
De frente a estas instantáneas, pareciera que el rigor deportivo y el espíritu que empuja los Juegos Olímpicos se difuminan para mostrar qué tan humanos somos, cuando el error es parte de la rutina y cuando el juego y el humor nos devuelven nuestra medida.
Imprevistos y maromas abren un espacio para el fallo olímpico y la frustración, entre la disciplina, el talento y el esfuerzo.
El puesto 21
El japonés Hiroki Ogita, atleta de salto de garrocha, fue eliminado en las pruebas clasificatorias, cuando no pudo superar los 5,30 metros por culpa de su pene. Cuando probó el salto, su órgano golpeó la varilla y la derribó. Más allá de la particular imagen, el japonés terminó finalmente en el puesto 21.
Peso y nepotismo
Además de ‘coronarse’ como el nadador más lento de Río 2016, el etíope Robel Kiros Habte fue sujeto de comentarios por estar fuera de forma. Pero su historia tiene otro capítulo: fue acusado de haberse beneficiado para participar en los JJ.OO. por ser el hijo del presidente de la Federación de Natación de Etiopía.
Por la plata…
La prueba de 10 kilómetros de natación en aguas abiertas será recordada por lo que pasó en la lucha por la plata. La francesa Aurélie Muller y la italiana Rachele Bruni llegaban muy igualadas, pero Muller agarró a su rival y la sumergió en el agua mientras intentaba tocar antes la pared.
Un perfecto 0
La peor marca obtenida en las áreas de la villa olímpica de Río correspondió a la clavadista rusa Nadezhda Bazhina: recibió un 0,00, pues, tras un mal salto desde el trampolín, cayó de espalda al agua. Tal salto de principiante no fue admitido para el nivel que suponen las Olimpiadas y obtuvo ‘generosas’ pifias.
Heridos por cámara
La organización de los Juegos de Río no ha quedado exenta de cometer aparatosos errores. Una cámara de televisión que tomaba imágenes aéreas cayó, desde una altura de 20 metros, en los predios donde se disputan los encuentros de baloncesto. El ‘fallo’ fue grave: dejó siete personas heridas.
Fallo caballar
El australiano Scott Keach se cayó de su caballo en plena competencia de prueba individual de equitación. El oceánico, de 51 años, perdió el equilibrio ante un movimiento erróneo de su caballo antes de saltar un obstáculo y terminó en el piso. Por fortuna, no hubo lesiones que lamentar.
Maroma y gol
Farid Chaal, guardameta argelino, cometió dos errores muy groseros en los dos últimos goles de Honduras. En uno de ellos terminó colgado del travesaño mientras el balón ingresaba en el arco. El portero abandonó el campo de juego en medio del llanto y fue consolado por compañeros y rivales.