Juan Carlos Bosmediano es el padre. En el ciclismo halló su pasión por el deporte. Ganó la Vuelta al Ecuador en la categoría juvenil, y luego alcanzó medallas de trascendencia como la panamericana en su etapa de deportista élite y en los Juegos Olímpicos Másters, hace cuatro años.
Juan Martín Bosmediano, de 18 años, es el hijo. No se identificó con el ciclismo, un deporte que dice respetar mucho. De niño jugó fútbol y desde hace tres años, practica tenis. Ya ha logrado algunos títulos nacionales y ha disputado torneos a escala internacional, representando al país.
“El deporte es la razón de mi vida, quisiera poder devolverle en algo todas las cosas que me ha permitido vivir”, dijo Juan Carlos, quien ya está clasificado al Mundial de Ciclismo, que se realizará en Los Ángeles en agosto próximo.
El hecho que su hijo no se haya identificado con su deporte no le molestó. “Como padre, tengo que ser muy respetuoso de sus gustos y decisiones. Le apoyo completamente porque lo hace con mucha pasión. Lo importante es que el deporte es parte de nuestras vidas. Mi esposa, Ivonne, y mi hija, María José, están muy preocupadas de lo que hacemos y eso le ha dado mucha unión a nuestra familia”.
Reconoce que el mantenerse aún en el alto rendimiento le ha quitado algunos momentos de compartir con la familia. “Salgo a entrenar a las 05:00 y cuando regreso mis hijos ya se han marchado al colegio. Ese es el tiempo que nos hemos perdido, pero mi esposa es quien busca los momentos adecuados para hacer que la familia se mantenga unida”.
Al hablar de Juan Martín, destaca su constancia y disciplina, “creo que más que yo. Él se inició deportivamente a los 15 años, una edad tardía para practicar en deporte tan técnico como el tenis, pero él, con su perseverancia, ha logrado progresos importantes”.
No deja de ir a las canchas de tenis cuando Juan Martín juega sus partidos en Quito. “Tengo que reconocer que sufro mucho cuando lo veo jugar. Hay muchas emociones de por medio pero no quiero ser de esos padres entrenadores, que están corrigiendo en pleno partido. Tampoco soy preparador físico ni sicólogo. Trato de ser padre y como tal aconsejarlo antes de una competencia. Jamás lo presiono para que gane un partido o un torneo. Lo que quiero es que se divierta”.
Juan Martín escuchaba en silencio todos aquellos elogios. Encontró el momento para hacerle saber a su padre también su admiración. “Hay deportistas que nacen con un talento innato y otros que deben esforzarse por lograr buenos resultado. Mi papá es un deportistas con gran talento para el ciclismo. Puede dejar de entrenar una o dos semanas, que cuando se sube demuestra que jamás se bajó de ella”.
En su opinión, el ciclismo es un deporte muy interesante, pero encontró en el tenis sensaciones diferentes. “Es un deporte que me llena como ser humano. Cuando golpeo la pelota hay una descarga de emociones diferentes”.
Le agrada cuando su padre va la cancha a verlo jugar. “Sé que él disfruta como yo cada partido, y también sé que cuando no llega, es porque no pudo, pero siempre está pendiente”.
Juan Martín acompañó a Juan Carlos al Mundial de Ciclismo en Manchester. “Fue algo increíble estar en un torneo de alto nivel, sufrimos mucho durante la competencia, pero nada en el mundo te alcanza para pagar todas las emociones que se pueden vivir allí”.
Y, siguiendo el ejemplo de su padre, quiere llegar al la élite competitiva en su deporte. “Seguimos un proceso para llegar al circuito mundial. Ese es el objetivo que persigo”.
Si bien se trata de dos deportes, completamente diferentes, comparten entrenamientos generales como ir al gimnasio dos veces por semana, realizar sesiones de trote y también de piscina.
Juan Carlos le comparte su experiencia de cómo ganó la medalla de oro Máster, el año pasado en Canadá, o cómo fueron sus participaciones en las vueltas ciclísticas al pais.
Para Juan Carlos, lo más difícil de ser papá es que toma decisiones con miedo a que pueda equivocarse. Pero agradece a su padre, Juan Bosmediano de sus enseñanzas, que hoy las replica con su hijo.
Juan Martín en cambio dice que su padre le enseñó valores con el ejemplo, “eso no todos los padres lo hacen, es lo que yo admiro de él”.